La noche del pasado miércoles terminó con una muchedumbre de personas dando vueltas por la zona del Fòrum de Barcelona sin saber qué hacer para volver a sus hogares. La capital catalana celebra durante estos días el festival Cruïlla de 2023, pero la zona ha quedado huérfana de métodos de transporte público. Hasta finales de agosto, todo el servicio de TRAM de la línea T4 se ha quedado sin servicio por obras, así como varias paradas de la L4, lo que aísla esa zona del suburbano del resto de la red metropolitana.

Miles de jóvenes salieron del recinto y se encontraron con que la única alternativa era coger el metro en Maresme | Forum, transbordo al servicio de autobuses lanzadera fletados por TMB para poder hacer el trayecto y, luego, nuevos transbordos a otros transportes. Un método que, sin embargo, se mostró insuficiente para poder asistir a más de 10.000 personas pues no solo estaban los asistentes al festival, sino también el público que había acudido a ver al grupo cómico argentino Les Luthiers, que esta semana hacen sus últimas funciones en la ciudad.

TRÁFICO CONCURRIDO

La ausencia de transporte público también influyó en el tráfico. Gran parte de los asistentes a la ultima gira de los humoristas llegaron al auditorio en coche, lo que provocó colas de más de treinta minutos para salir del recinto, según han explicado asistentes a Metrópoli. Ya en la superficie, la gente se dividía entre los que cogían un taxi, los que usaban otro tipo de transporte como motos de alquiler o Bicing y los que se iban andando, ya fuera todo el camino o hasta encontrar una estación de metro de una línea operativa.

Concierto en el Festival Cruïlla / CRUÏLLA

Durante los próximos días se espera un aumento de asistentes al Cruïlla 2023, por lo que la situación vivida durante la pasada noche puede repetirse e incluso recrudecerse durante las próximas jornadas.

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