La Arrabassada repite una vez más como la vía con mayor riesgo de accidente grave o mortal de Catalunya. Así se desprende de la 22ª edición del estudio de evaluación de carreteras EuroRAP presentado este lunes por el RACC, cuyo informe detalla que las motocicletas están implicadas en el 91% de siniestros de esta tipología sucedidos entre 2020 y 2022.

En la presentación, que ha contado con la presencia del presidente del RACC, Josep Mateu; el director del Área de Movilidad de la entidad, Cristian Bardají; el director del Servei Català de Trànsit, Ramon Lamiel; el director general de Infraestructuras de Movilidad de la Generalitat, David Prat; y el vicepresidente 4º y diputado delegado de Infraestructuras, Equipamiento y Patrimonio Arquitectónico de la Diputació de Barcelona, Marc Castells; se ha detallado que Barcelona es la provincia catalana cuyas carreteras registran un riesgo de accidente “muy alto” por encima del resto de demarcaciones de Catalunya.

ACCIDENTALIDAD GRAVE

Barcelona cuenta con el tramo con mayor accidentalidad grave por kilómetro en la A-2, en enlace con la AP-2, así como en sus confluencias con la B-20, la B-10 y la C-32. Este trayecto, correspondiente a la continuación de la ronda Litoral a su paso por el Baix Llobregat, se han registrado 11 accidentes graves y mortales en un recorrido que cuenta con 6,6 kilómetros.

El nudo de la Trinitat, en el enlace con la B-20, la A-2 y la C-32, se sitúa como el segundo punto con mayor siniestralidad de gravedad, mientras que la C-58, entre Barcelona y Cerdanyola, ha resultado el tercer tramo con más accidentes graves entre 2020 y 2022.

El director general de Infraestructuras de Movilidad de la Generalitat, David Prat; el director del Servei Català de Trànsit, Ramon Lamiel; el presidente del RACC, Josep Mateu; el vicepresidente 4º y diputado delegado de Infraestructuras, Equipamiento y Patrimonio Arquitectónico de la Diputació de Barcelona, Marc Castells; y el director del Área de Movilidad del RACC, Cristian Bardají, durante la presentación del estudio

La provincia de Barcelona también cuenta con el mayor punto negro de Catalunya para los vehículos pesados. La AP-7, entre el enlace con la C-60 y la confluencia con El Papiol, ha registrado la mayor siniestralidad de Catalunya. El director de Trànsit ha confirmado la creación de una mesa con la presencia de Interior, Territori e Indústria para tratar la elevada accidentalidad en esta autopista, además de posicionarse favorablemente a la realización de “más controles” y el impulso de “subvenciones para renovar estas flotas”.

PREOCUPACIÓN POR LOS MOTORISTAS

En la presentación del estudio se ha incidido en la preocupación por la elevada siniestralidad de los motoristas en las carreteras catalanas. El estudio de EuroRAP destaca que el 50% de accidentes graves y mortales de motos se concentran en el 13,6% de los kilómetros reflejados en este informe, con la Arrabassada como principal punto negro.

Respecto a esta carretera, Lamiel ha detallado que se trata de uno de los cuatro puntos de Catalunya en el que se ha propuesto una “concentración de efectivos de Mossos” para el próximo año. Además, el director de Trànsit ha remarcado que la infraestructura cuenta con margen de mejora.

Tras recordar que este año han muerto 52 motoristas en las vías catalanas, Lamiel ha incidido en la idea de “reducir la siniestralidad” al permitir la circulación de las motos por carriles bus-VAO para entrar en Barcelona. El máximo responsable de Trànsit ya expuso esta idea en el Tercer Congreso Iberoamericano del Motociclista, celebrado en la capital catalana el pasado mes de octubre.

CICLISTAS

Algunas carreteras metropolitanas concentraron una elevada cuantía de accidentes ciclistas entre 2020 y 2022. Las más destacada ha sido la C-31, en el tramo comprendido entre Sant Boi y el Prat de Llobregat, que se ha situado como el cuarto punto negro de Catalunya.

Desde el área de Movilidad de la Generalitat, Prat ha confirmado que se está estudiando la creación de carriles bici en carreteras convencionales, mientras que Lamiel ha inistido en la importancia de que el conductor sepa cómo actuar ante la presencia de ciclistas en la carretera para reducir la siniestralidad de este colectivo.

NUEVOS RADARES

Lamiel ha anunciado la llegada de “radares-carro” a las carreteras catalanas para el próximo año. Pese a que el director de Trànsit ya anunció la implementación de estos radares móviles hace un año con previsión para 2023, finalmente Trànsit utilizará los dispositivos sancionadores a partir de abril de 2024.