La unión del tranvía por la Diagonal es una obra que lleva sobre la mesa más de 30 años y que, recurrentemente, ha saltado a la palestra mediática. La nueva conexión urbana permitiría unir las líneas del Trambaix, que conecta la capital catalana con el Baix Llobregat y el Trambesòs, que llega hasta los municipios de Sant Adrià y Badalona.
Tras años en el escritorio, con repetidos intentos de sacar adelante la nueva infraestructura por parte de anteriores alcaldes, Jaume Collboni se ha propuesto finalizar de una vez por todas la obra.
Se espera que la segunda fase de los trabajos arranque a inicios de 2025. No obstante, el propio Collboni ha condicionado los trabajos a que haya presupuestos tanto en la Generalitat como en el Ayuntamiento de Barcelona.
Apoyo al tranvía
Según una encuesta elaborada por EM-Analytics para GMG, --el grupo de medios donde se integran Crónica Global y Metrópoli-- el 72,5% de los barceloneses apoya la medida respecto a un 27,5% que no.
No obstante, si se desgranan los datos por la opción política votada en las últimas elecciones, esta diferencia es todavía más acusada en el caso de los votantes socialistas. En este caso, el 80,2% apoyan la conexión frente a un 19,8% que la rechazan.
También apoyan ampliamente la cuestión los votantes de los comunes. Concretamente, solo un 6,6% no está a favor de la unión, respecto a un 93,4% que se muestra a favor.
Encuesta sobre el tranvía en Barcelona para GMG
En el caso de los republicanos de ERC, un 80% quiere la conexión entre el Trambaix y el Trambesòs frente a solo un 20% que se muestra en contra. En el caso de Junts, la mayoría (66,6%) está a favor, mientras que un 33,3% se muestra en contra.
La unión del tranvía por la Diagonal, de llevarse a cabo, podría terminar siendo uno de los proyectos estrella de la administración de Collboni. Cuenta, en estos momentos, con la complicidad del Govern de la Generalitat de Salvador Illa. No obstante, los dos tienen la necesidad de negociar con los demás grupos para lograr unos presupuestos que permitan destinar la inversión necesaria a la creación de la infraestructura.