La Tarjeta Rosa, también conocida como T-Metropolitana, es un título de transporte en el área metropolitana de Barcelona, dirigido principalmente a personas mayores de 60 años y a personas con una discapacidad acreditada superior al 33%.
Aunque en su origen fue una medida muy popular para garantizar la movilidad de colectivos vulnerables, el acceso a este beneficio se ha complicado en los últimos años debido a cambios en los requisitos de ingresos económicos y la evolución desigual de las pensiones.
Menos beneficiarios en la última década
Uno de los grandes problemas que enfrenta la Tarjeta Rosa es que cada vez menos personas pueden beneficiarse de ella. Desde el año 2008, el número de titulares de este abono ha caído un 20%, en parte debido a que los umbrales de renta para acceder a las modalidades gratuita y reducida no han aumentado al mismo ritmo que las pensiones. Así, aunque muchas personas mayores han visto subir su pensión, estas mejoras no han sido suficientes para igualar el umbral económico exigido, dejando fuera a muchos potenciales beneficiarios.
Existen dos modalidades de la Tarjeta Rosa: la gratuita y la reducida. Para optar a una u otra, se evalúan los ingresos brutos totales de la unidad familiar (que incluyen pensiones, salarios e intereses). Los solicitantes deben estar empadronados en Barcelona y cumplir con los límites de ingresos establecidos, que se pueden consultar en este enlace. Sin embargo, estos umbrales económicos no han sido actualizados en proporción con la realidad económica de muchos jubilados, lo que ha complicado el acceso a este beneficio.
Limitaciones y dificultades para acceder
El principal obstáculo para los mayores de 60 años radica en los estrictos requisitos económicos, que no se ajustan de manera equitativa a la evolución de los ingresos de las personas mayores.
Para los jubilados con pensiones modestas, esto puede significar que un pequeño aumento en sus ingresos los excluya del derecho a la Tarjeta Rosa gratuita, forzándolos a recurrir a la tarifa reducida, o incluso a perder acceso a este beneficio.
La importancia de la Tarjeta Rosa en la movilidad
A pesar de las complicaciones, la Tarjeta Rosa sigue siendo un recurso importante para la movilidad de muchas personas mayores y con discapacidad. Esta tarjeta permite viajar en toda la red de metro, autobuses de TMB, líneas de FGC y el Tram, con la excepción de algunas líneas como el Aerobús. Las diferencias entre la tarjeta gratuita y la reducida radican en que la primera conlleva un único pago anual por gastos de gestión, mientras que la segunda permite el uso de la T-4, pero también requiere la validación constante de la tarjeta con cada viaje.