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Movilidad

Barcelona plantea más áreas restringidas al vehículo privado: quiere reducir al 15% los desplazamientos en coche

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El gobierno municipal de Barcelona sigue con su plan para reducir la presencia del vehículo privado en la ciudad. Si en 2023 los desplazamientos en coche y moto fueron inferiores al 20% del total, el objetivo para 2030 es reducirlos al 15%, fomentando el uso del transporte público, la bici, el patinete y los desplazamientos a pie, tal y como ha adelantado este domingo La Vanguardia

Plan de Movilidad Urbana 2025-2030

Este enfoque está recogido en el Plan de Movilidad Urbana (PMU) 2025-2030, aún en fase de desarrollo. Laia Bonet, primera teniente de alcaldía, subraya que la movilidad laboral, que representa un tercio de los desplazamientos en vehículo privado, es el principal foco de atención. A diferencia de otros tipos de movilidad, como la educativa, que ya utiliza en su mayoría modos sostenibles, los trayectos laborales aún tienen un alto impacto en la congestión.

Reducción del uso del vehículo privado en un 16%

El PMU incluye un análisis detallado de las razones detrás de los desplazamientos, lo que permite diseñar políticas más efectivas. Las medidas buscarán reducir los desplazamientos en coche en un 16% hasta 2030, con un énfasis especial en la movilidad laboral, y se explorarán soluciones como las áreas urbanas de acceso restringido, ejes verdes y el uso de cámaras de control.

Transporte público y nuevas infraestructuras

El transporte público será clave, con mejoras en la infraestructura de metro y bus, y la expansión de líneas y corredores interurbanos. El plan también incluye acciones para liberar las aceras de motos mal aparcadas y mejorar la accesibilidad peatonal.

Se está considerando también la creación de microparadas para taxis, con el fin de reducir desplazamientos innecesarios, apoyados por la digitalización a través de aplicaciones móviles como Picmi Taxi.

Impacto limitado de futuras restricciones

Aunque se reconocen avances en la racionalización del uso del coche, el ritmo de cambio es considerado aún lento. La futura restricción de vehículos con etiqueta amarilla (a partir de 2028) tendrá un impacto limitado, dado que muchos vehículos ya estarán fuera de circulación para entonces.

El plan se presentará al pleno municipal para su aprobación inicial en enero o febrero, con el objetivo de aprobarlo definitivamente en verano.