Una ONG en Barcelona corre un serio peligro de cierre. El Ayuntamiento de la capital catalana ha dictado una orden de precinto de la asociación EnriquezArte, una organización que, durante los últimos siete años, se ha convertido poco a poco en uno de los pilares de la comunidad que nutre el barrio del Turó de la Peira.
Según ha explicado a Metrópoli el creador de la asociación, Jean Ben-Illouz, el consistorio ya ha enviado la orden de cierre, dictada para el próximo viernes a las 9:30 horas. A su entender, una cadena de "negligencias" y desinterés por parte de la "maquinaria burocrática" del Ayuntamiento va a terminar con un local que garantiza un espacio seguro y un entorno amable para más de 250 familias en uno de los barrios más vulnerables de la capital catalana.
Pilar del barrio
"Abrimos todos los días del año, hacemos de casal para las familias que no pueden costearse uno durante las vacaciones, damos talleres, formaciones, clases de idiomas y asistencia psicológica" explica Ben-Illouz, que añade que también hacen a las veces de comedor social y de banco de alimentos para los necesitados del barrio. "Tenemos un sistema llamado banco de tiempo. La gente puede venir y colaborar con cualquier labor y, por el tiempo que pasan, reciben créditos que luego pueden canjear por los servicios que aquí damos". Así, fomentan la implicación con la ONG, pero también con el vecindario y sus habitantes. Hay quien limpia, quien da clases de refuerzo para los niños o quien da asistencia psicológica profesional, entre otros.
El pasado mes de noviembre, el distrito de Nou Barris realizó una inspección virtual tras recibir varias quejas del local, todas ellas provenientes de un mismo vecino, "un hombre que ya nos dijo en reiteradas ocasiones que no quería que ayudáramos a personas migrantes", afea.
Implicados con la comunidad
"Pero es lo que hacemos, el Turó de la Peira es uno de los lugares con más familias en situación de vulnerabilidad de la ciudad (...). Aquí llega gente de todas partes del mundo, con muy poco en los bolsillos y les ofrecemos un sitio donde estar, una primera ayuda hasta que puedan regularizar su situación y encontrar un empleo. Pero también asistimos a las familias del barrio, todo el mundo es bienvenido", detalla Ben-Illouz.
De hecho, la asistencia es solo una de las patas que sostienen EnriquezArte. "Creamos orgullo de barrio, colaboramos con negocios y supermercados, con otras asociaciones y entidades culturales. En las últimas semanas, hicimos nuestro propio carnaval --complementario al del barrio--, elaboramos actividades para los niños y personas mayores. Quien lo necesita también puede ducharse y lavar aquí su ropa", añade.
Aviso de cierre
Hace tres semanas, agentes de la Guardia Urbana se presentaron en el lugar para entregar la orden de cierre que se ejecutará en unos días. "Todavía no nos lo creemos, es absurdo, nos cierran porque los informes de inventario están algo desactualizados y porque, desde el consistorio, dicen que no tenemos las licencias en regla", lamenta.
En mayo, les llegó un primer aviso. "Hicieron una inspección y encontraron una habitación con una litera y no teníamos permiso para alojar a nadie, pero solo se ha usado puntualmente para dar cobijo a personas sintecho y a una mujer, víctima de violencia machista y a su hija. Era un caso de emergencia puntual. En cualquier caso, les pedimos disculpas y en cuanto Servicios Sociales se hizo cargo tapiamos la habitación". "Ahora, nos cierran porque dicen que tenemos unos electrodomésticos de más y porque hemos hecho, en nuestro patio interior, un pequeño jardín-huerto comunitario que gestionan los vecinos. A pesar de que tenemos licencia para jardinería, dicen que no la tenemos para exteriores".
Inspección virtual
Todo el proceso de investigación y cierre ha estado plagado, opina, de negligencias. "Las notificaciones presentan errores e incongruencias con las fechas, algo que debería haber anulado el proceso automáticamente. Tampoco nos notificaron la inspección y nadie se presentó presencialmente, solo compararon inspecciones previas de 2021 y 2023. No nos enviaron el informe, por lo que no sabíamos que había problemas. Cuando pedimos explicaciones, los técnicos nos confesaron que se habían olvidado, que a veces pasa".
Piden, con todo, que no les cierren. Hay unos 250 voluntarios en activo. "Haremos los cambios que el Ayuntamiento nos pida, pero no pueden destruir lo que hemos construido durante años por unas macetas y unos electrodomésticos que nos han donado", ruega.
Por el momento, varios grupos municipales se han solidarizado con esta asociación, como es el caso del ERC, los comunes y el PP. Asimismo, aseguran que el regidor del distrito, el socialista Xavier Marcé, se ha comprometido a revisar el caso. "Solo esperamos que llegue a tiempo", desean.
Preguntados por Metrópoli, el Ayuntamiento asegura que la orden viene desde 2018, fruto de "quejas vecinales" y varias inspecciones hechas. "Los técnicos municipales han detectado deficiencias en el espacio que ponen en riesgo la seguridad de las personas". Detallan que el lugar no cuenta con las medidas de prevención de incendios, que se acumulan objetos en las entradas y salidas y que no hay una buena adecuación del local para personas con discapacidad.
Permisos
También evalúan que el establecimiento ha llevado a cabo algunas actividades para las que no cuenta con licencia o autorización, como "cursos de cocina, un espacio dormitorio que ha acogido a turistas y la celebración de acontecimientos extraordinarios con música y tarima".
Señalan también que desde la ONG "no se ha mostrado voluntad de corregir las deficiencias detectadas, incumpliendo los permisos municipales necesarios".
La ONG, no obstante, ha catalogado de "absoluta confusión" estas "afirmaciones". "Nunca hemos dado alojamiento a nadie con fines turísticos, solo humanitarios. De hecho, contamos con subvenciones de la UE y, cuando vienen voluntarios de otros países, alquilamos pisos para que se puedan alojar". Asimismo, cuentan "con un ingeniero técnico que ha certificado que las instalaciones y licencias están en regla" y "siempre hemos escuchado y obedecido las recomendaciones que nos hacían llegar desde el distrito". "En el peor de los casos, se ha podido alargar alguna celebración de un cumpleaños o actividad musical en el casal para niños, pero no más de una hora", teorizan.
Con todo, todavía pueden presentar un recurso, aunque todo apunta al cierre de la asociación. "El Ayuntamiento garantiza la atención social a las personas que puedan verse afectadas siguiendo los canales habituales existentes tanto en el distrito como en la ciudad", sentencia el consistorio. Mientras tanto, voluntarios, vecinos y activistas estudian nuevas medidas para evitar el final de la iniciativa solidaria.