La dislexia provoca que toda funcional brújula del siglo XXI (móvil) se convierta en un trasto inútil entre mis manos. Todavía paseo por mi ciudad a trompicones, avisando a los que pacientemente me aguardan con mensajes de “SOS, no sé dónde estoy”. Por suerte, la gente que me tropiezo por la senda de la desorientación suele ser amabilísima y se entretiene en indicarme con dilatada precisión -no me mandan seguir el camino de las baldosas amarillas, pero casi-. “La siguiente es el carrer dels petons pero ya verás que no tiene salida (…)”, me advirtió hace un par de semanas un atento barrendero. Tras despedirme de mi oráculo, me planté (obviamente) en tan sugerente callejuela. Allí, a las doce y media del mediodía, no había ni un alma. Imaginé que, tal vez, los amantes se debían animar en fechas especiales (San Valentín, Sant Jordi…) u horas más tardías. Pero google y el Ayuntamiento de Barcelona acabaron con todo halo de romanticismo: la calle está dedicada a un famoso vecino llamado Joan Pontons que habitó el lugar en el siglo XVII. Sin embargo, otra posibilidad es que antiguamente aquel paso formara parte del último tramo del trayecto para los condenados a muerte y fuera allí donde recibían el beso de despedida de sus allegados.
Numerosos animales utilizan el pico, hocico o morro para manifestar afecto. El “te quiero" no verbal entre la especie humana puede darse labio con labio, labio con mejilla, labio con cuello, labio con frente, labio con mano, labio con pezón… Siempre que los ojos estén cerrados -señal inequívoca de sentimiento profundo-, el origen del gesto con la boca es común: “me alimento de ti/te ofrezco mi sustento”.
Los hay que reservan los besos para sus seres queridos (sólo vosotros sois especiales). Los hay que besan a tutiplén (todos sois seres queridos, especiales). Los hay que nunca besan (quieren) porque nunca fueron besados (queridos). Y los hay que, ante el beso de dos queridos, responden con una agresión (mi odio se debe a que no sé cómo querer). Pues como bien predijo el poeta, “en un beso, sabrás todo lo que he callado”.