Algunos colectivos hace tiempo que promueven la idea que si Catalunya se independiza de España, entonces Barcelona debería independizarse de Catalunya. Ni qué decir tiene que se trata de una ‘boutade’ pensada simplemente para llevar la contraria al independentismo catalán. La primera crítica que se merece esa propuesta es que el independentismo barcelonés no debería depender de si el marco superior se modifica. Es decir, debería tener valor propio independientemente de cómo acabe el proceso independentista catalán.
La idea de una Barcelona independiente se ha ampliado, recientemente, a una zona que incluiría las comarcas costeras de Tarragona y el Maresme. Esta nueva región independiente se llamaría Tabarnia, por las sílabas iniciales de Tarragona y Barcelona, en un afán descentralizador barcelonés porque se supone que la primera elección nominal nos llevaría a bautizarla como Batarnia.
El caso es que la propuesta –broma o no- ha sentado fatal en determinados ámbitos independentistas. Tanto es así que corrieron a eliminar de Wikipedia la entrada que apareció bajo el nombre de Tabarnia.
La iniciativa recoge los valores más insolidarios de la propuesta independentista catalana. Si los del ‘procés’ denuncian que ‘España nos roba’, los tabarneses se quejan de que ‘Lleida nos roba’ o ‘Girona nos roba’. Y así con todo.
Evidentemente, no estamos ante una propuesta seria que deba ponerse al mismo nivel que las otras opciones que compiten en el debate sobre cuál debe ser el futuro de la relación territorial y de todo tipo entre Catalunya y España. Pero hay una baza que tienen sus defensores y que es la apelación al famoso ‘derecho a decidir’ o al ‘esto va de democracia porque no nos dejan votar’. Ese argumento sirve para todo.
También para el desvarío de querer segregar Barcelona de Catalunya.