Desde esta columna iremos analizando cada uno de los candidatos, a medida que se vayan concretando. Por cada candidato/a repetiremos el mismo esquema para así evaluar los mismos aspectos para todos l@s candidat@s.
El paso de Ada Colau por el Ayuntamiento de Barcelona no ha pasado desapercibido ni políticamente ni socialmente, y todavía menos mediáticamente. Proveniente de movimientos sociales ha representado el nuevo municipalismo en Catalunya, aunque su liderazgo ha sido puesto en duda por el escaso número de concejales y una dura oposición que ha sabido contrarrestar el débil liderazgo de los 'comuns'.
Evaluación de la gestión: Uno de los ámbitos que más se le ha reprochado ha sido el tema de la vivienda. Hay que recordar que para el imaginario colectivo, Colau representa la oposición a los grandes intereses urbanísticos siendo una de las referentes de la PAH (Plataforma Afectados por las Hipotecas) que más guerra ha dado. Es, por consiguiente, un tema del que Colau debe reaccionar, ya que no solo estará en juego la calidad de vida de sus conciudadanos sino también su credibilidad personal y electoral.
Igualmente ha sucedido en los casos de los narcopisos, aunque está -en cierto modo- en standby, puesto que el pasado 25 de mayo Colau y Trias firmaron un plan de choque para mitigar las duras consecuencias que tiene esta problemática para los vecinos de Ciutat Vella. En el mismo lugar está el conflicto con los manteros, los cuales también son un frente abierto pero sin un consenso político claro.
Las últimas encuestas – de GAD3 y GESOP - demuestran una creciente preocupación de los vecinos hacia la seguridad ciudadana, la contaminación y el tránsito, además de la gestión del turismo y la movilidad.
Situación reputacional: Los datos del último barómetro municipal sitúan a Colau y su equipo en una notable posición para hacer frente al final de mandato. Un 69% aprueba la gestión del gobierno municipal, la cifra más alta del mandato. Este dato contrarresta con los últimos datos recogidos por Gesop donde solo el 45% aprobaba su gestión.
¿A qué se debe este cambio? Una de las tesis que podrían explicar tal situación sería el hecho de que el barómetro se hizo justo en el momento del cambio de gobierno en España, situación que sin lugar a dudas beneficia al relato de los “comuns”.
Veremos cómo evoluciona, pero los problemas siguen allí y el fracaso del tranvía, la multiconsulta o la controversia con las superillas continúan posicionándola como una alcaldesa sin, para muchos, rumbo claro.
Público: Analizando los resultados de los barómetro (GESOP y GAD3), el público de Colau se encuentra en las edades de 18 a 45 años.
Según los últimos resultados de encuestas del Centro de Estudios Sociológicos (para Metrópoli Abierta), los barrios más críticos con la alcaldesa son Sarriá-Sant Gervasi, Eixample y les Corts, en contraposición a los de Sant Martí, Horta-Guinardó, Gràcia y Sant Andreu.
Sin embargo, nos encontramos con una gran bolsa de indecisos que no ha parado de aumentar, haciendo cada vez más complicado las previsiones electorales.
No ha sido, para nada, un mandato tranquilo para Colau. Demasiadas injerencias externas y una mayoría débil no han ayudado a mejorar su imagen.
A partir de septiembre, nos esperan meses de mucha gesticulación, porque la campaña permanente consiste en eso, trabajar constantemente en imágenes que puedan repercutir positivamente en el imaginario colectivo, siguiendo el relato establecido por el gobierno municipal en este caso.