¿Igual? ¿Peor? ¿O depende de la situación? Una pregunta capciosa que recuerda a la falsa diatriba planteada por nuestros padres cuando éramos pequeños: ¿qué pesa más un kilo de hierro o un kilo de paja? Por supuesto que un policía golpea mejor. Ha sido entrenado para ello. Es un profesional. En cualquier caso, dicha reflexión viene a cuento a raíz de la supuesta agresión sufrida por un turista norteamericano a manos de un mantero senegalés. Hecho que tuvo lugar el pasado 1 de agosto en la plaza de Catalunya.
Un mes antes, el fotoperiodista Jordi Borràs habría sido agredido, también en el centro de Barcelona, por un Policía Nacional que se encontraba fuera de servicio. Lo hizo al grito de “¡Viva España!” y “¡Viva Franco!”. Me ha llamado la atención el diferente trato mediático de ambas noticias. En el primer caso, el del mantero, se ha aprovechado políticamente para atacar al equipo de gobierno del Consistorio barcelonés; en el segundo, las críticas al Ministro del Interior han sido más bien escasas.
Por si esto fuera poco, la versión del mantero explicada por Lamine Sarr, el portavoz del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona, añadía algunos detalles a tener en cuenta: la supuesta embriaguez del turista norteamericano agredido, el regateo del precio hasta unos límites humillantes o el vertido de cerveza sobre la mercancía del vendedor. Nada de ello justificaría la violencia, pero ayuda a hacernos una idea más exacta de lo ocurrido.
En el caso de Jordi Borràs, también hubo alguna que otra información clave aparecida al día siguiente. Y es que el policía, que en un principio se dijo que llevaba a cabo tareas administrativas, resultó ser miembro de la Brigada de Información. Sigue trabajando en la comisaría de La Verneda. Además, el fotoperiodista tuvo que emprender una campaña de micromecenazgo para hacer frente a la defensa. Rápidamente se consiguieron los 12.000 euros necesarios.
Y puestos a hacer combinaciones, ¿qué pasaría si fuera un mantero el que agrediese a un policía? En realidad, ya ha sucedido. Fue en 2016 a los pies del monumento a Colón de La Rambla. El agresor acabó condenado a cinco años de cárcel, aunque el juez propuso como pena alternativa su envío a Senegal durante un mínimo de 10 años.
Por cierto, ¿se han fijado que ambos manteros eran de origen senegalés? Un país con el que la UE llegó a un acuerdo millonario en 2015 para que faenen en sus costas barcos pesqueros de nuestro continente. Lo que supone una competencia desleal respecto a los pescadores de este país africano, que se ven obligados a emigrar. Entre los que allí acuden se encuentran barcos españoles. Gallegos y vascos en su mayoría. Muchos de ellos usan banderas de conveniencia —el llamado pabellón— radicadas en paraísos fiscales.
Pero, volviendo al tema de las agresiones: ¿alguien cree que al Policía Nacional le van a caer cinco años de cárcel como al mantero senegalés del monumento a Colón? Tic, tac, tic, tac… Se aceptan apuestas. ¿Pregunta capciosa? Seguramente.