Aquello de ferias y congresos ya quedó superado. Siguen ahí. Tenemos congresos de todos los colores y más que tendríamos si no fuera por el lío en que andamos metidos con esto del proceso independentista. Pero yo añadiría que Barcelona es también una ciudad de festivales de cine y documentales.
Si uno ojea el calendario de actividades de la ciudad tropieza con una considerable variedad de festivales. Veamos estos días. Entre el 15 y el 23 de noviembre se está celebrando la décimo-quinta edición del Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona, con proyecciones diarias en los cines Texas y Maldà. Este domingo 18 de noviembre se clausuró, en los cines Girona, la décimo-primera edición de la Mostra de Cinema Indígena de Barcelona ‘Indifest 2018’.
También este domingo concluyó la Mostra de Cinema Àrab i Mediterrani que se venía celebrando desde el 8 de noviembre en la Filmoteca de Catalunya. Esta va ya por su edición número 12.
El Festival Internacional de Cine del Medio Ambiente (FICMA) es más veterano. Lleva 25 ediciones. La más reciente tuvo lugar entre los días 2 y 9 de noviembre en los cines Girona, que alguien debería premiar por su entrega a causas de ese tipo. Repartió sus proyecciones, además, entre Cosmocaixa y los recintos de las universidades de Barcelona, Pompeu Fabra y Blanquerna-Ramon Llull.
El FICMA se solapó con el Festival Internacional de cine documental In-Edit 2018, cuyas proyecciones se hicieron en los Aribau Multicines. Y también coincidió con els ‘Manifestos fílmics feministes’, vinculados a la Mostra de Films de Dones, que se pudieron ver en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona.
Y piensen que estamos hablando solo del mes de noviembre. Pero uno tiene la impresión que nos falta un festival de cine, documentales, vídeos o vaya usted a saber si videojuegos para que Barcelona compita también con Berlín, Cannes, Venecia o San Sebastián en el apartado audiovisual. ¿No les parece? O les robamos el de Sitges.
Nunca estamos contentos.