Mientras Manuel Valls hacía de guiri por la ciudad, Josep Bou gritaba (no sé qué dice, pero grita) y Elsa Artadi recurría a Ana Frank; Ada Colau se hacía youtuber. (Mátame camión.)
Enciende y apaga la cámara de grabación, de fondo suena música de Bershka (tum-tum-tum) para que nadie pueda dormirse con la chapa que suelta, emplea el blanco y negro para hacer incisos (para recalcar que es "supernormal") y al final del vídeo pide que te subscribas al canal. Hay incluso un momento de dramatismo, cuando a Colau se le humedecen los ojos al reconocer que en los días de bajón o crisis piensa en la esperanza de toda esa juventud que se está involucrando para cambiar el mundo.
No entiendo que esta mujer no triunfara con su carrera de actriz; a ver si encuentra mayor fortuna como youtuber... Mueca de asco (labio y nariz arrugados) cuando se refiere a ella como "política". Porque Colau no se siente "política"; es "una persona normal, supernormal".
La alcaldesa de Barcelona aún no se ve como representante pública, sólo como una mujer que sigue viviendo en su misma casa y tiene dos hijos; lo que ella define como "supernormal". Por eso, le fastidian las campañas electorales (base, entiendo, de la democracia): "Es lo peor de la política, es cuando se para toda la institución y todos los partidos están todo el rato en modo campaña, hablando en los medios, haciendo mítines y generando polémica". Pero pese a opinar que son lo peor "no de la política, si no del género humano"; ella por si acaso se ha abierto un canal de youtube para narrarnos cada semana, cual adolescente desocupado, sus impresiones, anécdotas, backstage y sentimientos sobre la campaña electoral hasta el 26 de mayo. Y en su primer videoblog ya nos revela que su equipo la regañó por haber publicado un tuit tachando al PP de "fascista" por haber insinuado poner en adopción a los hijos de las inmigrantes embarazadas. ¡Buah! Qué subversiva es Colau, ¿eh?
Nos quedan 10 semanas para evaluarla a ella y al resto de candidatos a la alcaldía (Dios, danos paciencia).