Joan Pinyol, gerente de Medio Ambiente del Àrea Metropolitana de Barcelona, dimitirá la próxima semana. Tuvo la osadía de exigir transparencia al concejal Eloi Badia sobre la comercializadora de electricidad del Ayuntamiento. Los números de esta empresa no son tan prometedores como nos vendió el concejal Badia. No sólo la comercializadora no utiliza energía limpia, de hecho es la más sucia posible que surge de quemar basura, sino que sus resultados que indican pérdidas. Habrá que estudiar la auditoría que haya indicios de mala gestión, quizá porque la comercializadora vende energía a bajo precio a su, casi, único cliente, el Ayuntamiento. Esto exigió saber Pinyol y se enfrentó a su mentor. Ahora paga las consecuencias. El lunes 16 dimitirá.
De poco le ha servido a Pinyol ser un hombre de Badia, de ser su punta de lanza en la cruzada contra las empresas de servicios, agua y luz. Una cruzada que sólo acabará si Badia controla, y manda, estas empresas de servicios en esta operación de “nacionalización” que se esconde tras una mal llamada “remunicipalización”. De poco le sirvió a Pinyol servir a Badia cuando declaró ante el juez que Germà Gordó presionó para que AGBAR se quedara con el contrato de la ATLL, la mayor privatización de la historia realizada por la Generalitat. Las supuestas presiones no dieron el resultado que denunció Pinyol -apoyado por Leonard Carcolé, máximo responsable durante años de la Agencia Catalana del Agua- y la gestión de ATLL pasó a manos de Acciona, una empresa energética que, curiosamente, se libra de los ataques de las organizaciones que le bailan el “agua”, nunca mejor dicho, al concejal Badia. Su foco se dirige sólo a AGBAR, Acciona simplemente se libra, aunque los tribunales dejaran sin efecto su papel en ATLL que ha vuelto a ser pública y que ahora dirime quién paga el desaguisado. Ya se lo digo yo, pagaremos todos los ciudadanos un fiasco de privatización y de gestión. De este tema, Badia, ni sabe ni contesta.
El concejal Badia, con la inestimable ayuda y apoyo de Salvador Milà, ex conseller de Medi Ambient y actual jefe de gabinete de Ada Colau en la presidencia del AMB, ha decidido cargarse a Pinyol porque ya no parece que le sea útil para sus fines “nacionalizadores” que cogerán ímpetu tras la sentencia del Supremo que se conocerá durante el mes de noviembre. Dicen que el pacto entre socialistas y comunes en la entidad metropolitana incluía que sobre el agua se tomarían las decisiones por consenso. No parece que el cese de Pinyol sea un acto de consenso. Casi con seguridad, no lo sabremos, porque el vicepresidente al mando de la AMB, Antonio Balmón, alcalde de Cornellà, sigue con su política de mirar para otro lado y “tragarse” las continuas veleidades del concejal Badia.
Eloi Badia es un ingeniero industrial que ha medrado en política aupado por Ingenieros sin Fronteras y Agua es vida, entidades que cuida con esmero desde su regidoría. También cuidó a su mujer convirtiéndola en asesora municipal, con experiencia más que discutible. Badia ha acumulado fiascos en su gestión. La comercializadora de energía eléctrica parece que es su última pifia. Nos dijo que utilizaría energía verde pero no parece que la incineración de basuras sea muy verde, y ahora parece que los números dejan al descubierto pérdidas superiores al millón de euros. Cementiris de Barcelona fue otro de sus proyectos no natos al que deberíamos añadir la falta de mano izquierda, y el desprecio, que impregnó su actuación ante el derrumbe de los nichos de Montjuïc dejando a las familias al pairo mientras veían los restos de los suyos amontonados sin ton ni son. La lista es larga como la penosa actuación del consistorio en la ocupación del Banco Expropiado en Gracia, su distrito, que no lo vio en estas últimas fiestas del barrio porque estaba de vacaciones. Sólo llegó al final. Badia está tan ensimismado en su “cruzada” que deja de lado la política de verdad. Badia puede tener el dudoso éxito de convertir a Barcelona en una de las ciudades denunciadas por la Unión Europea por no cumplir los objetivos ambientales. ¿Que nos dirá Badia cuando esto se produzca? ¿Cómo se justificará? No tengo dudas que algún enemigo exterior encontrará.
A pesar de sus fracasos, Badia sigue en el gobierno municipal y en la AMB. Estuvo a punto de caerse de las listas, pero la huida de parte de la cohorte de Ada Colau le facilitó repetir. Ahora sigue al pie del cañón cesando a su gerente en el Área, otrora su hombre de confianza. Mientras, Balmón sigue mirando para otro lado y haciendo del “trágala” su modus vivendi al frente del ente metropolitano. Una curiosa forma de ejercer el liderazgo de un partido que tiene, por si sólo, la mayoría del pleno de la entidad.