¿Qué es un carril-bici? Aunque no tenemos en este país una normativa técnica que obligue a diseñar y construir los carriles-bici siguiendo unas especificaciones de seguridad, dimensiones o continuidad, sí que tenemos unas especificaciones de la Dirección General de Tráfico en el anexo I los conceptos básicos de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, que nos indican lo que es un carril-bici y lo que no. Veámoslo:
79. Vía ciclista: vía específicamente acondicionada para el tráfico de ciclos, con la señalización horizontal y vertical correspondiente, y cuyo ancho permite el paso seguro de estos vehículos.
70. Carril-bici: vía ciclista que discurre adosada a la calzada, en un solo sentido o en doble sentido.
71. Carril-bici protegido: carril-bici provisto de elementos laterales que lo separan físicamente del resto de la calzada, así como de la acera.
72. Acera-bici: vía ciclista señalizada sobre la acera.
73. Pista-bici: vía ciclista segregada del tráfico motorizado, con trazado independiente de las carreteras.
En el entorno urbano, ante la diferencia de velocidad entre los vehículos de motor y la bicicleta, el carril-bici protegido (71) es la vía ciclista que permite a la bicicleta circular con seguridad; las demás opciones, no.
La acera-bici es un elemento pensado para delimitar en amplias aceras el espacio "de paseo ciclista" del espacio de los peatones, en ningún caso se ha de usar como parte de la red ciclista básica. Es un elemento complementario que ha sido utilizado, en muchas poblaciones del país, de forma errónea, para apartar a los ciclistas del trafico motorizado, provocando un conflicto entre los ciclistas y los peatones, ya que simplemente se han pintado en la acera sin tener en cuenta el ancho de esta para que sea seguro compartir el espacio.
Aunque no tenemos una normativa de diseño y construcción que cumplir obligatoriamente por un problema de competencias entre los propietarios de las vías, Ayuntamientos, Diputaciones, Generalitat o el Estado, existen manuales técnicos de diseño de vías ciclistas que determinan claramente las necesidades de este vehículo para circular de forma segura. Uno de los parámetros utilizados en estos manuales es el gálibo de la bicicleta. El gálibo es el espacio útil que ocupa en la vía un vehículo cuando está en movimiento, tanto de ancho, de largo como de alto.
En el Manual per al disseny de vies ciclistes de Catalunya, el espacio útil del ciclista queda descrito con las dimensiones siguientes: Ancho: 1,00 m. ; Longitud: 1,90 m. ; Altura: 2,50 m.
El ancho de 1,00 metro resulta de sumar el ancho del manillar (0,60 m) y el espacio necesario para el movimiento de los brazos y de las piernas (0,20 m por cada lado).
A partir de estas medidas, dicho manual también indica el ancho recomendado para cada una de las vías ciclistas, como ejemplo y por ser el tipo más recomendable y necesario para circular de forma segura. Me refiero al carril-bici protegido, de una sola dirección, que debe tener un ancho recomendable de 1,75 m. y mínimo de 1,50 en zona urbana. En zona interurbana, el ancho recomendable es de 2,50 m. y el mínimo, 2 metros.
Como es lógico, si queremos dar el máximo de continuidad a la vía ciclista, nos podemos encontrar con diversas tipologías de la vía, con calles en las que en algún momento el ancho de la vía, un determinado cruce u otra circunstancia no permita diseñar la vía ciclista con el ancho recomendado en toda su longitud y podemos "apurar" con el ancho mínimo. Eso sí, señalizándolo tal como se indica en la Ley, para eso sirve la señal de "estrechamiento de calzada".
Desgraciadamente nos encontramos con que la "solución" en muchas poblaciones es diseñar vías ciclistas con el ancho mínimo en toda su extensión, llegando al caso que en los momentos "conflictivos" se reduce aun más el ancho del espacio destinado a la bici muy por debajo de ese mínimo.
El hecho de que muchos ciclistas no utilicen las vías ciclistas y continúen circulando por la parte de la calzada dedicada a los vehículos de motor viene dada por el incumplimiento de los criterios de diseño recomendados en los manuales, que nos indican diversos conceptos que han de tener dichas vías para que favorezcan la utilización por parte de los ciclistas. En caso contrario, la experiencia y los estudios realizados demuestran que un gran número de ciclistas abandonarán esta red o no harán uso de ella.
Las vías ciclistas tienen que ser: seguras, directas, accesibles, continuas, confortables, con el mínimo de interrupciones y puntos de detención.
La vía ciclista tiene que ser segura: los puntos de conflicto entre ciclistas y vehículos de motor tienen que ser los mínimos posibles. Se recomienda la separación física de los dos tráficos, con un tratamiento de las intersecciones especialmente sensible a la circulación ciclista, tal como indica el Reglamento General de Circulación, que en el artículo 64 dice: "Los conductores de bicicletas tienen prioridad de paso respecto a los vehículos de motor, cuando circulen por un carril bici, paso para ciclistas o arcén debidamente señalizados".
Tienen que ser directas: una forma de valorar la calidad de una vía ciclista es la diferencia en tiempo de recorrido respecto de otras rutas con tráfico compartido con vehículos a motor. Se considera aceptable un diferencial de 15 segundos por km para vías interurbanas y de 20 segundos por km para vías urbanas. Con demoras superiores la vía ciclista no será utilizada.
Tienen que ser accesibles: si la persona usuaria ciclista tiene que recorrer una distancia superior a la que haría por una vía no dedicada a la bicicleta, no la usara. La distancia entre el origen o destino del viaje en bicicleta no tiene que superar los 600-800 metros en zonas interurbanas y los 200-400 metros en zonas urbanas.
Tienen que tener los mínimos puntos de detención. El hecho de obligar el ciclista a poner el pie a tierra es un fuerte inconveniente, tener la obligación de pararse una vez cada 2 km en zona interurbana y una vez cada kilómetro en zona urbana representa un nivel de calidad adecuado para los ciclistas.
Tienen que ser confortables y atractivas: tiene que tener una comodidad en la superficie de circulación y elementos de protección contra la climatología adversa y los rayos solares.
En un itinerario o red ciclista podemos encontrar diferentes tipos de vías ciclistas, los manuales indican que en estos casos la vía ciclista no tiene que tener interrupciones y que el usuario ha de recibir la información necesaria para conocer el tipo de vía por el cual circula, en caso contrario, un gran número de ciclistas abandonarán esta red o no harán uso.
Cuando circulamos con un vehículo de motor, para ir de un lugar a otro, es normal encontrar diferentes tipos de vías: calles, carreteras principales o secundarias, autovías, autopistas, cada una con unas dimensiones y especificaciones diferentes, pero con continuidad y señalización, que en las cosas fundamentales son comunes.
En definitiva, en los carriles-bici no todo vale. La mayoría de vías ciclistas de nuestro país se han diseñado, no por criterios técnicos de seguridad y adaptación a la bicicleta, si no para no molestar a la circulación de los vehículos de motor contaminantes.