Mis padres se conocieron en un bar. Mi vida y mis películas están llenas de bares, restaurantes, cafeterías, tascas, antros... Les debo mucho. Si de verdad creyera que cerrar bares y restaurantes en Barcelona va a evitar la propagación de la enfermedad esta de los cojones, sería la primera en apoyar la medida. Pero no me lo creo.
He visto el sacrificio y el esfuerzo brutal con que el sector se ha adaptado. Veo la ruina que viene. Y no puedo entender esta medida. No, con este descontrol de cifras y de apreciaciones que me parecen como si yo me pongo a contar las palomas que me encuentro cojas en la calle. Sólo un comité supranacional sanitario sin partidismos ni leches puede controlar esto y tomar medidas con un poco de cabeza. Mientras tanto, no cerréis los únicos lugares, junto con el cine y los teatros, que nos ayudan a sobrevivir en esta insania.