Para una vez que hace algo razonable, Ada Colau ve cómo se le echa encima la comunidad lazi por utilizar el castellano en su equivalente en Instagram del célebre programa de televisión del difunto Hugo Chávez Aló presidente. Así me entiende más gente, dijo Ada en uno de sus raros momentos de conexión con la realidad: es evidente que el español es un idioma mucho más hablado que el catalán y que ello sucede también en la ciudad de la que es alcaldesa, donde, por cierto -y para desesperación del lazismo-, el uso de la supuesta lengua propia va de bajada incluso entre los jóvenes educados con la inmersión (lo que da qué pensar sobre la eficacia de dicho atropello, por cierto, pero dejaremos el tema para otra ocasión).

También dijo Ada que, si alguien del público se le dirigía en catalán, le contestaría encantada en dicho idioma. Pero eso no fue suficiente para nuestros fundamentalistas lingüísticos y algunos de los más conspicuos se vieron obligados a cantarle las cuarenta. En el caso de Pilar Rahola porque forma parte de sus obligaciones como cheerleader mayor del régimen. En el de Marius Serra porque alberga en su interior a un soplón pugnando permanentemente por salir al exterior: aún recordamos cuando le tocaron en la mesa de al lado de una terraza de la rambla de Catalunya Miriam Tey y Ferran Toutain y el hombre se vio obligado a informar a su parroquia de lo que comentaban esos dos réprobos.

Que el español lo habla más gente que el catalán es una evidencia. Que eso sucede incluso en la capital de Cataluña, también. Pero, según sus detractores, Ada está obligada a dar ejemplo y a hablar siempre by default en catalán. Cosa que, por otra parte, ya hace, pues la coherencia nunca ha figurado entre sus muchas virtudes. Recordemos que una de las costumbres de nuestro ayuntamiento es emitir bandos en un montón de idiomas -incluido el urdu y, probablemente, el tagalo- entre los que no figura el español, como si ese idioma no lo hablara nadie en el barrio de turno al que va dirigido el panfleto informativo.

Recientemente, Ada ha rechazado la propuesta del PP y Ciutadans encaminada a que el ayuntamiento se dirija a sus gobernados en las dos lenguas oficiales de la comunidad, insistiendo en que seguirá haciéndolo únicamente en catalán y el que venga atrás, que arree. De hecho, Ada no pierde ocasión de congraciarse con los lazis, aunque sin conseguir que estos le cojan el más mínimo aprecio.

Me temo que pedirle que elija una postura lingüística definitiva y no se apee de ella es mucho pedir. Si cree en el monolingüismo, que se agarre a él y no lo suelte. Si cree en el bilingüismo, como no se cansa de repetir, que haga lo propio e incluya el castellano en los bandos de los barrios y en la comunicación de su administración con la ciudadanía. Lo que no se entiende es que para unas cosas reconozca que el español se habla más que el catalán en Barcelona y para otras se empeñe en mantener la ilusión de una comunidad monolingüe en catalán.

Supongo que da igual, teniendo en cuenta que su manera de proceder resulta a menudo incomprensible, y que pedirle coherencia a la responsable de Aló alcaldesa (o como se llame lo de Instagram) es pedir peras al olmo, pero cualquiera -incluso ella- se da cuenta de que bailarle el agua a los lazis no le aporta ningún beneficio. Debería tenerlo presente, aunque solo fuera, como en todo lo que hace, por motivos electorales.