El sector barcelonés de la hostelería se enfrenta a un momento extraordinariamente difícil y cambiante, que requiere mucho esfuerzo y, sobre todo, una gran cohesión entre todos los protagonistas del sector para que en la Ciudad Condal –y, por extensión, en todo el Estado— podamos seguir disfrutando de un sector HORECA que, sólo en Catalunya, consta de cerca de 150.000 trabajadores asalariados, casi 50.000 autónomos y asciende a un total de 300.000 si contamos a los profesionales del sector de la distribución.

El confinamiento, posterior cierre, y las actuales medidas restrictivas en términos de horarios y espacio, afectan seriamente unos negocios que, básicamente, han perdido este año y encaran un 2021 lleno de incertidumbres. En este sentido, es indudable que el Covid-19 habrá dejado una huella profunda en las cuentas de resultados de muchos negocios y, por ende, en la economía de la ciudad.

Pero atención, si bien lenta y dificultosa, la recuperación es posible. Hay que planificar bien, adaptarse con rapidez, escuchar nuestro entorno y, sobre todo, remar todos en una misma dirección a sabiendas de que el público vuelve a los establecimientos hosteleros, porque éstos forman parte de nuestro estilo de vida.

Público local y mucha seguridad

Desafío número uno: El sector turístico seguramente se habrá visto mermado. El grueso del público será local, a diferencia de determinadas épocas del año en que un importante porcentaje de los hosteleros de Barcelona viven del consumidor foráneo. Se tratará, en muchos casos, de volver a seducir al público local, haciéndole sentir en su casa y adaptándose a su estándar de calidad.

El poder adquisitivo también será menor y la necesidad de seguridad mayor. Y si a nivel sanitario ya se está trabajando en activar protocolos que generan confianza, los operadores van a tener que ingeniárselas y luchar para generar una nueva normalidad que apueste por formatos rentables que satisfagan al consumidor más allá del perímetro del local, como está ocurriendo, por ejemplo, con el take away y delivery, al que muchos profesionales han adaptado sus negocios con éxito.

Una cuestión colectiva

Sobrevivir e incluso crecer es cosa de todos. Esto es, creo, lo más importante a la hora de preguntarnos cómo salir adelante con la crisis del Covid-19. Debemos poner todos de nuestra parte, empezando por los operadores y organizaciones que trabajamos como proveedores B2B de los negocios de restauración. No podemos permitir que sean únicamente los hosteleros quienes salgan de esta situación con su ingenio, ganas y ahorros: Este es el momento de poner todos nuestros recursos, infraestructuras y conocimientos para ayudar a que bares, restaurantes, hoteles y todos aquellos lugares donde se vive alrededor de un refresco, un tentempié, una comida, una tapa o un café salgan a flote.

En transformarse el contexto, debemos contribuir a que el ciclo se complete con éxito implementando formación pluridisciplinar que aborde desde la seguridad (la rigidez de los protocolos de higiene y seguridad, y su observancia) hasta la gestión. Tener clientes formados es sinónimo de mayor eficiencia, mayor calidad de servicio y menor índice de incidencias. Todo ello redunda en una mejor experiencia de consumo. Un profesional formado es más competitivo, está más capacitado y se siente más seguro y motivado. Saldrá más fácilmente adelante, que es aquí de lo que se trata.

Seamos algo más que proveedores

Los operadores B2B debemos prepararnos a los cambios que vienen y a la consiguiente reorientación del sector. Debemos poner nuestro conocimiento al servicio de los profesionales HORECA para ayudarles a rentabilizar locales a través de nuevas líneas de negocio o incluso de replanteamientos, parciales o totales, de su política. Un escenario en el que, además de formación, va a hacer falta mucha asesoría.

El bar de menús de hoy puede acabar convertido en la bakery de mañana. Esa cafetería a la que usted va a por la infusión de media mañana, puede acabar replanteada como un take away con deliciosos platos combinados. ¿Se había planteado que la cadena de fast food donde sirven aquellos bocadillos que tanto le gustan, pueda acabar siendo el lugar donde acaben por servir su café preferido?

Ante cualquier posibilidad de cambio, de mejora, de ayudar al empresario hostelero a mantener su negocio, los proveedores deberemos estar al quite poniendo todo nuestro conocimiento del sector, experiencia y capacidad de trabajo, e incluso, si fuera necesario, relacionando a clientes para que compartan ideas e inquietudes. Para que juntos, puedan hacer más y mejor.

Ha llegado la hora de invertir

Es el momento de invertir, tanto en nuestras organizaciones, para que éstas puedan brindar el mejor servicio y ayuda a los hosteleros, como a la hora de brindar apoyo económico, financiando con producto y/o con apoyo inversor a establecimientos y cadenas. Todo para que quienes venden nuestro producto al público final puedan seguir haciéndolo en las mejores condiciones y con las máximas garantías de calidad y seguridad.

Tenemos, ahora, que ser más responsables que nunca, involucrarnos todos, conscientes de cada uno es parte de un ecosistema que define no sólo una parte importante de nuestra economía, sino también de nuestros hábitos culturales. Y a la visión de una Barcelona sin bares, vivida en este reciente mes de cierre de establecimientos, me remito.

Es el momento de que los hosteleros sepan que a los operadores B2B nos tienen a su lado, pensando en todos los cafés del mañana.

Juntos, lo vamos a conseguir.

Alfredo Metola - Director de Total Coffee Solutions en Templo Cafés