Además de debates estériles y kafkianos sobre la marcha de Ada Colau de Twitter para ser mejor política, mejor alcaldesa, y mejor persona, hay cosas más importantes, aunque todo hay que decirlo la alcaldesa ha sido protagonista de este debate. Como siempre es la reina de la fiesta, el muerto en el entierro y la novia en la boda. Ha conseguido, que en un debate sobre la idoneidad en las redes, su función, los bots, la manipulación y las fake news, convertirse en estrella invitada. A tenor de sus palabras, hemos de concluir que Colau hasta ahora era mala política, peor alcaldesa, y peor persona. A falta de gestión, comunicación. Y ciertamente, el equipo del consistorio lo ha bordado. Ha puesto a la primera edil como protagonista sobre un debate que ha llenado tertulias y programas.
Les propongo un debate al hilo de lo que ha denunciado esta semana la Confederación General del Trabajo. La CGT acusa al consistorio de ocultar un estudio favorable al autobús eléctrico frente al tranvía. Al margen de la denuncia concreta, el tema no es baladí. El Ayuntamiento tiene prevista una inversión de 175 millones para unir el tranvía en la Diagonal. No estaría de más debatir sobre la idoneidad del autobús eléctrico y la inversión necesaria. Como dice la alcaldesa, este es un proyecto de futuro para hacer una ciudad más amable, pues hagámoslo, hablemos e intentemos dilucidar cual es la mejor opción.
A priori, tanto tranvía como autobús tienen similares prestaciones porque ambos son ecológicos. Estaría bien saber que impacto tendrían en el tráfico rodado. La capacidad de tranvía o autobús articulado es distinta, por lo que en las horas punta su impacto será evidente en función de cómo absorban el volumen de viajeros, en especial en las horas punta. ¿Cuál de los dos tiene menos afectación? Estaría bien saber cuál sería la inversión en autobuses, que también a priori, se antoja de menor cuantía que el tranvía porque las obras serían inexistentes más allá de puntos de carga, que seguramente podrían instalarse al principio y al fin del trayecto, teniendo en cuenta que los nuevos modelos tienen un sistema de carga rápida que no superan los cinco minutos.
También estaría bien saber si es cierta la denuncia del sindicato. ¿El Ayuntamiento ha escondido un informe que favorece al autobús eléctrico? ¿Por qué motivo? ¿Qué razones existen para ocultar un estudio? ¿Hay intereses ocultos? El sindicato denuncia que el consistorio ha impedido que se ponga en marcha una prueba piloto. ¿Cuál es el problema para no hacerlo? ¿No sería conveniente estudiar sus posibilidades para aceptar o rechazar la idea? No estaría de más una respuesta municipal. Debatir no es ofender, aunque en Twitter lo parezca.
Como ven además del bloqueo al tráfico rodado, las superillas, los fiascos de Eloi Badia desde cementerios a energéticas, la pandemia y el impacto en el turismo, hostelería y restauración, hay otros debates encima de la mesa y muchas preguntas para responder. Muchas más allá de su marcha de las redes sociales. Aproveche señora alcaldesa a contestarlas porque ahora tiene más tiempo libre ya que Twitter le ha despejado la agenda. Como usted dice, ejerza de alcaldesa para ser mejor alcaldesa. Tengo que reconocer que esta semana el ayuntamiento ha ejercido de ayuntamiento en la promoción económica. El hub de economía azul con el Puerto de Barcelona, nuevos proyectos de biotecnología y una apuesta por la colaboración público-privada para impulsar el liderazgo de Barcelona son una buena noticia. Jaume Collboni ha dado el empujón y Colau se ha apuntado. “Salvar empresas y puestos de trabajo”, dijo el líder del PSC en la presentación de los proyectos. Le aplaudo, pero no es suficiente. Barcelona debe apostar por las nuevas tecnologías, cierto, pero debe postularse para que la ciudad sea la sede de la futura fábrica de baterías. La competencia es dura y compleja, pero ganar un partido hay que jugarlo, porque además alrededor de esta nueva fábrica crecerá un cluster del sector auxiliar. Fíjese, alcaldesa si tiene temas sobre los que hablar. Gracias Twitter por hacernos este favor a los barceloneses.