La nueva novela de Javier Cercas se titula Independencia, es la segunda entrega de su famosa Terra Alta, y la trama es la extorsión sexual que sufre la alcaldesa de Barcelona el año 2025. El novelista la retrata con frases como: “Igual que cuando era activista predicaba el amor libre y alardeaba de sus experiencias homosexuales. Esta mujer ha hecho de su propia vida un argumento político. Antes daba lecciones de moral de izquierdas y ahora de moral derechas. El caso es dar lecciones de moral”. (pág. 154). “Con esta alcaldesa el Ayuntamiento ha empezado a funcionar como funcionaba la Generalitat. Casi como funcionaba el franquismo”. (pág. 161). “Eso es nuestra alcaldesa: una serie de máscaras. La pregunta es qué hay detrás de todas esas máscaras. Y la respuesta es nada”. (pág. 187). “Me pareció una rollera… No tiene nada que decir, pero lo dice muy bien.” (pág.209). “El poder emborracha siempre, pero si nunca lo has probado emborracha mucho más… Tal vez empieza a intuirlo, pero todavía no lo sabe. Y aún así, se ha emborrachado con él”. (pág. 242).
Como son frases sacadas de contexto, podría parecer que se refieren a la alcaldesa Colau, aunque el propio Cercas deja claro que se trata de su sucesora en el trono del consistorio. El autor ha sufrido recientemente que saquen frases suyas de contexto y que se mienta con odio añadido sobre sus obras y su persona en la vida real y no en la ficción novelesca. Pero sabido es que, para curarse en salud, suele decirse en cine y en literatura que cualquier parecido con la realidad o con alguna persona es sólo ficción y casualidad. Al fin y al cabo: “Así son las leyendas, ¿no? Una mezcla de verdades y mentiras. Sólo que, si sumas una verdad y una mentira, el resultado es siempre una mentira. No sé si me entiendes”. (pág. 265). Así todo queda en la ambigüedad y cada cual saca sus conclusiones sobre el retrato de una alcaldesa novelada.
En todo caso, el escritor también aparece y se retrata en su obra. “Conoce al tal Cercas y dice que es un liante de cojones. O sea: que cuando dice que todo lo que cuenta en sus libros es verdad, todo es mentira; y, cuando dice que todo es mentira, todo es verdad… Menudo elemento, el tal Cercas, qué manera de embaucar a la gente”. (pág. 239). “El tal Cercas, mira por dónde, tiene menos imaginación de la que dicen”. (pág. 269). Más adelante, el policía protagonista confiesa en un auditorio de pueblo que en la cárcel: “Me di cuenta que un hombre que se molesta porque se rían de él no es un hombre”. (pág. 386). Igual podría decirse de cualquier mujer y alcaldesa de Barcelona. Sea real o ficticia, la actual o la próxima, el lema de un imaginario malvado barcelonés, más poderoso que la primera autoridad municipal, reza: “es probable que suceda algo poco probable.” (pág. 236). Y sucede, según el tal Cercas.