En Barcelona, una de las capitales de la tecnología, viven unas 400 personas en asentamientos irregulares sin las condiciones adecuadas. Entre este gran número de personas se encuentran menores.

Podemos diferenciar dos tipos de asentamientos, los que son okupados por personas que generan conflictos, y aquellos que los okupan personas en situación de pobreza y/o riesgo de exclusión social.

El gobierno municipal no debería ser permisivo ni con unos ni con otros y debería dar la respuesta adecuada, propia de una gestión que hoy por hoy no existe.

Recientemente hemos visto como en el acceso a la montaña de Montjuic desarticulaban una barraca que era un punto de venta de droga. La actuación policial fue excelente, pero la barraca sigue allí. ¿Es tan difícil quitarla para evitar que la vuelvan a okupar? Difícil no es, pero no hay voluntad política y por lo tanto no se toman las medidas que se deberían tomar.

Una barraca en Montjuïc / METRÓPOLI



Y en esa misma montaña, a pocos metros, encontramos otro asentamiento (“cabaña construida”) que la okupan personas en situación de vulnerabilidad. Los vecinos han podido contemplar como en medio de la montaña se construía una “casa” sin que nadie lo impidiera. Para hacer obras en una casa hay que pedir permiso y para okupar un parque público y construir en él, ¿no hace falta?

El gobierno municipal, que es consciente de lo que ocurre, es cómplice de permitir que se viva allí y en una situación de insalubridad. Resulta sorprendente que un gobierno que presume ser de izquierdas, permita que se viva en condiciones peligrosas para la salud de los ocupantes y de los vecinos de la zona. No disponen ni de agua, ni de luz… ¿Es esa la alternativa a la emergencia habitacional?

El gobierno municipal se justifica diciendo que es el que más invierte en políticas sociales y que otras administraciones no colaboran. Puedo estar de acuerdo en lo segundo, pero no en lo primero. Invertir también implica gestionar, aumentar el presupuesto sin una buena gestión no sirve para nada.

Hay imágenes que siempre quedan en la retina. Recuerdo que en la legislatura pasada, visitando un asentamiento y hablando con la familia que allí vivía, pude ver que  también había menores, que cada día iban al colegio. Y pensaba en esa frase sobre la “igualdad de oportunidades desde la infancia”…., y lo lejos que estaba que se cumpliera en esa familia. Y lo que nunca olvidaré es que me ofrecieron un trozo de empanadilla que estaban comiendo y pensé, emocionándome, que lo poco que tenían lo ofrecían.

Y os aseguro que esa familia estaba esperando una respuesta habitacional a su situación que no llegaba. Las medidas para este tipo de situaciones son urgentes. Y no me sirve, algo que oímos muchas veces, la justificación de que quieren vivir así. ¡Cuidado! Por supuesto que puede ser una opción voluntaria para algunas personas, pero no olvidemos que en ocasiones no tienen otra opción. La mayoría de personas prefieren vivir en condiciones dignas, sobretodo cuando se tienen hijos.

Es urgente actuar de manera contundente contra los que generan conflictos y dar respuestas sociales ante las familias que no disponen de recursos. Pero, sobretodo, prevenir; un verbo muy olvidado por parte del gobierno municipal.

No me sirven las excusas. Que son situaciones complicadas lo sabemos todos, pero la política debe tratar siempre de encontrar solución a lo difícil e incluso ante lo que en ocasiones parece irreversible.