No hay imaginario más colectivo que todo lo que sale en una película de cine. Secuencias compartidas por millones de personas. Imágenes que se convierten en iconografía urbana. Reconocemos una ciudad, cuando la visitamos por primera vez, porque un día paseamos por sus calles filmadas, por sus avenidas, plazas, hoteles y jardines hechos ficción. Washington es una de las ciudades más cinematográficas del planeta. Todos hemos visto, mucho antes de estar ahí, el Capitolio, el Monumento a George Washington o la Casa Blanca. Berlín también ha sido y es carne de celuloide, su Palacio de Charlottenburg, la Isla de los Museos, Alexanderplatz.

Y qué me dicen de San Francisco, sus tranvías, esas calles empinadas, la antigua cárcel de Alcatraz y, sobre todo, el puente Golden Gate. Y Roma, la ciudad eterna, con su Coliseo, la Fontana di Trevi o la Piazza di Spagna. A Hong Kong lo hemos visitado ya tantas veces... Su distrito financiero, los rascacielos del International Finance Centre o la Torre del Banco de China. Y París, la ciudad de las luces, con sus largos paseos cinéfilos por el Campo de Marte, la Torre Eiffel o el Arco del Triunfo. Y claro, cómo podríamos pasar por alto la gran Londres, con su distrito financiero, la Abadía de Westminster, el Big Ben, el Palacio de Buckingham, Piccadilly Circus o Trafalgar Square. Ahora bien, de todas ellas, seguro que la que se lleva la palma es la infinita Nueva York.

La han retratado todos los cineastas, de Orson Welles a Woody Allen. Central Park, Times Square, el puente de Brooklyn, la Estatua de la Libertad...El imaginario individual es gratis, o sale muy baratito, pero construir imaginarios colectivos no está al alcance de todos los presupuestos. Te sale por un pico... Afortunadamente los rodajes de cine en Barcelona están ya recuperando su actividad previa a la pandemia. Después de petar la taquilla internacional con SpiderMan: No way home, el deseado actor Tom Holland deja de ser el mítico hombre araña para convertirse en el ladrón Nathan Drake en Uncharted, adaptación cinematográfica de la serie de videojuegos. El actor británico ha estado recientemente de paseo por Barcelona, ya que nuestra ciudad tiene un gran protagonismo en esta película.

Holland ha asegurado que ya ha vivido en nuestra ciudad un montón de veces. De vacaciones y por trabajo, llegando a manifestar que se siente como en casa... lejos de casa. Algunos de los escenarios barceloneses más deseados por el séptimo arte han y sido y seguirán siendo el puerto (tanto el viejo como el olímpico), la carismática Barceloneta, Ciutat Vella y sus laberínticas callejuelas, El Parc de la Ciutadella, la ruta modernista (Gaudí & Co), el Tibidabo, Montjüic... Nuestra ciudad se ha convertido en cine de arte y ensayo, en cine postapocalíptico, cine de terror, películas en blanco y negro, en 3D...

Los principales espacios de la ciudad para ser filmados, magníficos platós en movimiento, están gestionados por Barcelona Serveis Municipals (BSM). Series para plataformas (Netflix, HBO, Filmin...), películas y publicidad. Si todo sigue su curso positivo y la pandemia deja de pasearse por nuestras calles, la Barcelona cinematográfica seguirá dejándose querer por las cámaras del mundo entero. La mejor promoción, el reclamo más eficaz, la campaña de comunicación más poderosa... Ponga una buena película rodada en su ciudad en el mapa del mundo mundial. La ciudad más deseada siempre será la ciudad más filmada. 

Soñarla primero, en bellas imágenes, como una invitación para llegar a vivirla algún día.