A la política se debe llegar aprendido, y leído, de casa. No se llega para aprender porque eso solo lleva a hacer experimentos y con la que está cayendo los experimentos es mejor hacerlos solo con gaseosa. Esto es lo que ha sucedido, y sucede, en Vilanova i la Geltrú. La capital del Garraf con una población de casi 70.000 habitantes, que aumenta de forma sustancial en verano, y que está viviendo una legislatura para olvidar.

La última “boutade” de la alcaldesa Olga Arnau ha sido el fiasco de la recogida de basuras “puerta a puerta”, que ha registrado una fuerte oposición en la ciudad, provocó una huelga de trabajadores en pleno carnaval, la fiesta grande, y que ha acabado en un cajón porque el proceso de licitación ha sido de todo menos ejemplar. Resultado, la dilapidación de recursos públicos, bronca ciudadana, basuras por doquier y aumentos de tasas que encabritaron al personal.

No es el único fiasco. Vilanova i la Geltrú es un galimatías con su urbanismo táctico que parece diseñado por alguien que quiere hundir a los ciudadanos. Un ejemplo. Una ambulancia puede quedarse atascada por el tráfico si quiere llegar al hospital de Sant Antoni. La Ronda Ibérica ya no es una ronda. Ahora está formada por un solo carril que hace las más de las veces imposible llegar al recinto sanitario en tiempo y forma. Les propongo hacer una yincana por la ciudad. Es una experiencia inolvidable, pero no crean que podrán superar las pruebas con facilidad.

Olga Arnau, alcaldesa republicana al frente de un tripartito independentista, ahora con tránsfugas, ha intentado ser una discípula avanzada de Ada Colau pero ha llegado a su mismo nivel de incompetencia en el “puerta a puerta”, léase Sant Andreu, o urbanismo táctico, léase caos. Lo dicho, a la política se debe llegar aprendido de casa. Y como Colau, escucha poco. Arnau ha logrado su propio récord Guinness. De las 17 asociaciones de vecinos, 14 nada más y nada menos, le han dirigido una carta exigiéndole que los reciba, que los escuche, vamos que no gobierne de espaldas a los ciudadanos. Curiosa reprimenda si tenemos en cuenta que el equipo de gobierno se presenta como progresista. Y vamos de ejemplos. La fábrica Malhe ha cerrado cerrado. Más de 350 trabajadores se han quedado en la calle. Los sindicatos convocaron una manifestación. Acudieron los líderes sindicales de Cataluña, representantes de todas las fuerzas políticas. La alcaldesa estuvo ausente. Un repentino covid la alejó de la concentración. Muchos no se la creyeron.

Por si fuera poco el desconcierto, en Vilanova se vive ahora ante la incertidumbre. El tripartito se ha roto. La CUP ha expulsado a sus tres regidores por no seguir la pauta marcada por la asamblea. No deberían saber los regidores que la asamblea es el epicentro de un partido asambleario, porque han votado a favor del presupuesto. Resultado: expulsión, por lo que ahora Arnau gobierna con tránsfugas. Al menos con dos de ellos, porque uno ha presentado la dimisión. La incógnita es saber quién sustituirá al dimitido y que línea seguirá. La suya o la de la asamblea de los antisistema. Si opta por lo segundo, el tripartito quedará en minoría lo que sumará decibelios a la crisis de gobierno.

Arnau y los suyos, siguiendo la senda de Colau, se atrincherarán en el sostenella y no enmendalla, pero las evidencias de mala gestión superan todos los parámetros aconsejables. Su motivo para constituir el gobierno fue cerrar el paso al PSC, la fuerza más votada. Es legítima esta posición, sin duda. Lo que no es legítimo es hacerlo sin un proyecto, sin escuchar a los vecinos, y también a la oposición, y sin un mínimo de “culturilla” política. No se recuerda en Vilanova un gobierno municipal que sume despropósitos de forma continuada. La ciudad ha tenido gobiernos socialistas y convergentes, y ni los más viejos del lugar recuerdan una metrópoli tan deprimida y desorientada. Es lo que tiene hacer experimentos con gaseosa y no llegar a la Plaça de la Vila aprendidos. Queda todavía algo más de un año y no parece que la desventura haya llegado a su punto y final. Arnau pasará a la historia como la alcaldesa del cuatrienio negro.