Después de lo que ha sucedido esta semana con el “kaos” del túnel de las Glòries, este parece ser el leitmotiv del Ayuntamiento de Barcelona y de la alcaldesa Colau. Si no eres vecino de Barcelona, y no votas en Barcelona, te jodes. Colas kilométricas han convertido el itinerario habitual para ir a trabajar en un auténtico calvario. Más de lo normal, porque lo que no sabe Colau --que ha ido en metro en un par de ocasiones, no más-- es que ir a trabajar a Barcelona desde el extrarradio en transporte público es una aventura de la tercera fase.
Un ejemplo, ¿ha pensado la muy señora alcaldesa lo que se tarda desde Mollet a la plaza Francesc Macià en transporte público? Seguro que no, no tiene sencillamente ni idea, pero como no sabe, ha tirado por la calle del medio. Hay que bloquear el coche y vamos a ponerlo difícil. Vamos a implantar el “kaos” para que la gente abandone. Gente que baja a la Gran Ciudad a currar, no a darse una vuelta de ocio. Esos entran en Barcelona más tarde. No entre 7 y 9 de la mañana. Los que entran a esa hora señora Colau son los currantes a los que usted dice representar, pero no sabe ni lo que son y, lo peor, ni le interesan, porque no votan en Barcelona.
Mientras, por encima del túnel de la vergüenza, las calles están vacías porque no se puede circular. En el subsuelo el “kaos” amenaza con acabar con la paciencia de miles de ciudadanos que quieren ganarse el pan y que no tienen un transporte público de calidad que les garantice que no estarán dando vueltas sin ton ni son. Ni cuando van a trabajar ni cuando vuelven a sus casas. “Kaos” en el túnel y “kaos” en la salida a la ciudad porque nadie ha pensado como se arbitra poner en marcha esta nueva vida. No existe una salida organizada del túnel, lo que hace que miles de conductores vayan de cabeza a un embotellamiento que se agudiza con una frecuencia de semáforos que quiere ser exasperante.
Váyase, señora Colau. Por el bien de todos. No hacer autocrítica, no decir ni una palabra de autoinculpación por la deficiente y mala gestión de la apertura del túnel, solo pone de manifiesto una arrogancia sectaria que Barcelona, los barceloneses y los ciudadanos del área metropolitana no se merecen. Usted está acabando con Barcelona. Hasta se gasta el dinero de todos para cambiar el símbolo de nuestra ciudad, el panot de la flor. ¿En serio? ¿Es necesario un concurso para esto? ¿Son necesarias las superilles que no solo ponen al “kaos” como norma sino que condenan al comercio al ostracismo? Y como guinda sus declaraciones. “Las retenciones solo se producen en las horas punta. El resto del día funciona muy bien”, dijo en Radio Barcelona. Una prueba palpable que nos toma por imbéciles.
Váyase, señora Colau. La gestión del túnel pone de manifiesto su inoperancia y su poca empatía con los ciudadanos. Usted llegó al poder diciendo aquello de “no nos representan”, pues ahora decimos muchos “no nos representa” y añadimos “no nos la merecemos”. Su gestión no pasará a la historia, más allá de marcar el camino sobre el qué no hacer. Está asfixiando a Barcelona y la gobierna de espaldas a sus vecinos, y además es agresiva con los que vienen cada día a trabajar. Esos que no votan y no le interesan un colín.
Váyase, señora Colau porque usted que dice luchar contra la contaminación lo único que hace es fomentarla porque los atascos diarios que disparan las emisiones de CO2 son parte de una gestión que solo se puede calificar de iluminada. Después de esta semana negra con el túnel de la vergüenza en su punto más degradante, el PSC, que es un partido serio, que defiende un modelo de futuro de ciudad, lo mejor que podría hacer es romper el gobierno municipal, porque con usted a lo más lejos que se llegará es al desastre. Haría bien Jaume Collboni en dar un puñetazo encima de la mesa y decir ¡basta ya!, alto y claro.
En un año se celebrarán elecciones municipales y alguien tiene que abanderar a todos aquellos que no quieren seguir a la flautista de Barcelona que nos lleva al precipicio. Los socialistas son los únicos que pueden marcar su impronta, pero deben lanzar un guiño a esos ciudadanos que están en la oposición pero que demandan un líder. Está en su mano. Además, un gesto en Barcelona será un gesto con repercusión en el área metropolitana. Un gesto para todos aquellos que en estos días Colau les dice “si no votas, te jodes”.