1. Hace ocho años, mayo de 2014, Ada Colau dimitía como presidenta de la PAH. Dijo que no “ficharía por ningún partido político” y que no se iba a presentar a las elecciones de 2015. Un año después encabezó la candidatura de los comunes. Mintió, aunque Colau siempre tiene abierta una puerta de salida “como ciudadana, estaré encantada de apoyar y participar de procesos amplios que planteen un cambio real en las formas de hacer política”, decía en la misiva que envió a los miembros de la PAH.
2. En mayo de 2015, Colau ganó las elecciones y gobernó. Prometía grandes cambios en materia de vivienda, de seguridad, de pobreza, de exclusión, de energía... Se presentaba como el revulsivo. La nueva política frente a la vieja política. Defendía la ocupación, ahora parece que no tanto. Mintió a los okupas que la creyeron.
3. Los cambios están lejos de alcanzarse, incluso se han agravado. Después de siete años los cambios en estos campos no han ido a mejor. Más bien al contrario. Mintió de nuevo, o ha sido incapaz de solventar estos problemas, en especial el de la vivienda y eso que dijo en su carta de dimisión de la PAH: “Seré activista de la PAH hasta que me muera y más allá”. Activista será, pero política que aporta soluciones, no.
4. En mayo de 2015, prometió una ciudad limpia --solo hace falta darse un paseo y hacerse una idea-- y más habitable. Quería la alcaldesa recuperar la ciudad para los peatones. La idea no es mala, pero su forma de llevarla a la práctica ha sido una guerra sin cuartel contra el coche. Las medidas restrictivas se demuestran erróneas, como se está comprobando estos días con altos niveles de polución, porque Barcelona se ha convertido en un gran atasco. Más tiempo de combustión por los atascos es sinónimo de mayor contaminación. Mintió, cuando dijo que buscaría el consenso a través del diálogo. No ha habido ni consenso ni diálogo. Ni con oposición, ni con vecinos, ni con comerciantes, ni con restauradores….. con nadie.
5. En mayo de 2019 ganó por los pelos. Lloró amargamente --tiene la alcaldesa la piel muy fina y debería saber que a la política se viene llorado de casa-- cuando salieron los resultados. Hizo un discurso que sonó a despedida. Una llamada de Miquel Iceta esa misma noche a Colau y Valls acabó días después con Colau de nuevo al frente del consistorio. Recuperaba, a desgana, el pacto con el PSC y preparaba su última legislatura. Mintió una vez más. Ha buscado mil excusas para volver a presentarse. La verdadera razón es que sin Colau los comunes están en los huesos. El Código Ético pasa otra vez a mejor vida.
6. Prometió transparencia, pero no parece. Concejales y cargos de confianza que se presentan a oposiciones; hermanos, parejas, familiares copan los cargos de confianza; su recorte salarial renunciando a parte de su sueldo --una forma de hablar, porque ni pueden renunciar y si donan el dinero, el receptor debe pagar a Hacienda-- es el secreto mejor guardado, las entidades amigas han hecho un largo agosto que dura siete años y si Colau no continua el agosto se puede aguar. Mintió.
7. Prometió ejemplaridad y ni rastro. Se ha montado una eléctrica de juguete, se ha desatado una guerra sin cuartel contra la empresa de aguas cuando no hay quejas del servicio, ni de la calidad del agua ni de protección a personas vulnerables, se dio la espalda de los familiares de los enterrados en el cementerio que se derrumbó; se escondió ante el fiasco de la recogida de basuras puerta a puerta; ha dado la espalda a barrios --Sant Antoni es el último ejemplo-- y a sectores como la restauración y el comercio que además de la pandemia han soportado la plaga Colau. Una nueva mentira.
8. Código ético de nuevo. Dimitirá todo cargo cuando sea imputado. Mintió. Argumento, las denuncias están impulsadas por poderes fácticos, por sectores que no pueden soportar una alcaldesa de izquierdas. Se pone el foco en los denunciantes, no se pone el foco en lo denunciado. Ha sido imputado, debería dimitir. En lenguaje Colau, “me vuelvo a presentar".
9. Prometió una ciudad nueva, con empuje, con fuerza. Nissan cerró y el ayuntamiento ni está ni se le espera para solucionar la crisis. Se cerraron las puertas al Hermitage. Se rasgó las vestiduras contra la ampliación del aeropuerto. Se ponen trabas a los festivales que tienen sede en la ciudad. Mintió porque está empequeñeciendo Barcelona, la ha convertido en una urbe antipática.
10. Pidió a los ciudadanos que se quedaran confinados durante el covid. Norma para todos, menos para ella. Se apresuró a salir de la ciudad a un retiro en el campo. Quería dar ejemplo. Juzguen ustedes mismos. Y encima ni se disculpó.
Colau vuelve a presentarse. Miente que algo queda.