Barcelona era una ciudad cosmopolita, moderna, acogedora e innovadora. Una ciudad reconocida a nivel mundial pero esa imagen que proyectaba la ciudad se ha derrumbado como un castillo de naipes por culpa de la acción de gobierno de Colau y de los socialistas durante las dos últimas legislaturas.
Una de las consecuencias más visibles de este derrumbe del prestigio de Barcelona es el deterioro de la limpieza de las calles de Barcelona. Solo hay que pasear por las calles de la ciudad para comprobar que la dejadez, la suciedad y los malos olores se han apoderado de Barcelona para sorpresa de los turistas y de indignación de los barceloneses, quienes sufren diariamente el estado de dejadez y abandono en el que se encuentra Barcelona. Tanto es así que ya algunos vecinos se están organizando para limpiar los tramos de sus calles ante la situación de insostenibilidad que padecen.
Durante meses, tanto Colau como Collboni, hicieron bandera de la nueva contrata de limpieza como la solución definitiva a todos los problemas de suciedad que tiene la ciudad. Desde Ciutadans ya les advertimos siempre que la nueva contrata no solucionaría el problema que ellos han generado y que nunca han asumido. A Colau y a Collboni les sobran titulares y les falta saber gestionar y les pondré un ejemplo muy gráfico: los nuevos contenedores instalados en algunos barrios de la ciudad son de menor capacidad que los anteriores. Además de este handicap hay que añadir que algunos se han instalado en espacios que dificultan el acceso a los mismos de personas con movilidad reducida. Un despropósito más que añadir a la gestión de Colau y Collboni.
Está visto que al gobierno municipal le sobran los titulares pero suspende en la gestión. Han invertido mucho dinero en promocionar y publicitar la nueva estrategia de limpieza de la ciudad pero la realidad se ha llevado por delante esa idílica campaña. No hay barrio que no sufra la presencia de basura tirada por las calles, lo que ha conllevado la proliferación de ratas, un fenómeno más propio de la década de los 70, y que ha vuelto con demasiada fuerza ante el incremento de la suciedad en las calles de Barcelona.
Los barceloneses no pueden seguir callados ante la degradación que sufre Barcelona y que ha perpetrado conjuntamente Colau y Collboni, porque aunque el candidato socialista, en un ejercicio más propio de Poncio Pilatos intente ahora lavarse las manos, la realidad y los hechos son los que son y él y el PSC son tan culpables de la degeneración de Barcelona como los son Colau y los comunes.