Se dice que todo equipo de fútbol está formado por los jugadores, los técnicos, los directivos, un triángulo virtuoso dueño del triunfo y de la derrota. A este triunvirato de la gestión, la técnica y la táctica hay que sumarle un elemento que muchas veces se olvida pero que yo hoy quiero ponerlo en valor: los aficionados.
Aquellos que me conocen saben que el fútbol y yo somos meros conocidos pero esa pasividad manifiesta jornada tras jornada se transforma en pura pasión cuando el partido lo juega la Selección Española de fútbol. Dicen que el fútbol no tiene memoria, y seguramente sea cierto, pero tampoco nadie me podrá negar que en nuestras memorias asociamos habitualmente los gratos recuerdos que nos provoca el fútbol en nuestras vidas. A mí particularmente cuando se habla de ‘La Roja’ automáticamente me evocan vivencias y recuerdos históricos aparejados a la figura de mi padre. Posiblemente a usted le ocurra lo mismo que a mí, porque el deporte tiene esa capacidad de almacenar en nuestra historia personal el sinsabor de la derrota o el júbilo de la victoria.
Uno de esos recuerdos nostálgicos que anidan en la memoria colectiva de muchos barceloneses, y en el mío en particular, tiene mucho que ver con la Selección Española y con su afición en la ciudad. Quién no recuerda cómo vivimos la final del Mundial de Sudáfrica en Barcelona y cómo se celebró aquel triunfo histórico de nuestra Selección. Ese recuerdo, que hoy forma parte de la historia de nuestra ciudad, no hubiera sido posible sin el trabajo y la implicación de unos aficionados barceloneses quienes, a pesar de las coacciones, trabas e incluso agresiones que recibieron, se dejaron la piel para animar a su Selección y para que Barcelona también vibrara con ‘La Roja’.
Esas personas valientes tienen nombres y apellidos y desde este pequeño artículo les quiero agradecer públicamente todo su trabajo, dedicación y esfuerzo por lo que hacen, por lo que han conseguido y por lo que nos hacen sentir. Sé que son muchos los que están al frente de Barcelona con la Selección, pero déjenme que les mencione los nombres de Manuel, Nacho, Ruth o Rosa. Ellos son algunos de los responsables del enorme trabajo que realiza esta entidad en Barcelona. Gracias por vuestra implicación, vuestro coraje y vuestra ilusión contagiosa que cada año consigue aglutinar a más aficionados barceloneses a vuestros eventos. Como seguramente conocerán, a ellos les han negado en muchas ocasiones los permisos para instalar pantallas en la ciudad, pero lo que nunca conseguirán negarles es la ilusión por su equipo, que es el de todos.
Es por ello, que desde Ciutadans Barcelona hemos querido solicitar al Ayuntamiento de Barcelona que conceda la Medalla al Mérito Cívico de la ciudad a Barcelona con la Selección, por su trabajo, pero sobre todo por transmitir los valores del deporte al conjunto de la selección barcelonesa, así como, por su valentía, determinación y coraje para que Barcelona vibre con su Selección.