Jaume Collboni ha hecho un Illa. Y como a Illa el pelotón de los torpes se ha unido para vilipendiarlo. La crítica más ácida le ha venido de Jordi Martí de los Comunes que se marchó del PSC una vez el propio Collboni lo arrolló en unas primarias. Martí le ha llamado irresponsable, lo que tiene su guasa viniendo de este señor que se refugió bajo las alas de los morados para tener sueldo primero, y segundo cargo político. También Martí achacó el movimiento de Collboni a la mala marcha en las encuestas. ¿En serio? ¿De verdad se cree que esto es un análisis de enjundia? ¿Piensa de verdad que salirse del gobierno municipal a cuatro meses escasos de las elecciones es por las encuestas? El nivel político del señor Martí es, sin duda, manifiestamente mejorable, pero indicativo del pelotón de los torpes.

El segundo adalid de este pelotón fue Ernest Maragall que casi copió las descalificaciones que hizo ERC a Illa hace dos años, con escaso éxito como se pudo comprobar. Maragall está desahuciado como jefe de filas de los republicanos y bien harían sus compañeros en hacer una lista donde se encuentre su sustituto, porque después del fiasco electoral que le espera tardará unos minutos en abandonar. Maragall hace unos días anunció que dejaba su escaño en el Parlament para dedicarse a la campaña.

¿Pretende acaso recuperar el terreno perdido en cuatro años solo en cuatro meses? Parece que él sí lo cree. Una gran mayoría de barceloneses no. Jaume Collboni ha hecho un movimiento lateral para tratar de reivindicar un gobierno de izquierdas municipal con más amplitud de miras que el liderado por Colau. Si la alcaldesa lidera la Barcelona del no, Collboni se presenta con el estandarte de la Barcelona del sí. Las relaciones estaban en muy mal estado desde hace meses. Las discrepancias ya no se camuflaban sino que se hacían evidentes.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni / CEDIDA

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni / CEDIDA

Collboni se resistía a romper el pacto porque no quería utilizarlo como hicieron los Comunes en la anterior legislatura en interés propio. Por eso ha tomado esta decisión, muy medida, y muy aconsejada por los sondeos cuantitativos y cualitativos. Dejar el consistorio y dejar en manos de la alcaldesa romper el pacto. La palabra la tiene ahora Ada Colau y su núcleo duro cada vez más reducido. El PSC no quiere romper, si el pacto se rompe será Colau quién lo tendrá que explicar. Y si no lo rompe también. Sin duda, una posición embarazosa.

Xavier Trias y Dani Sirera también han salido a cargar contra Collboni, pero un análisis pormenorizado de sus declaraciones apuntan maneras para no figurar en el pelotón de los torpes. Los dos candidatos han constatado el fracaso del gobierno municipal. Si me apuran es lo mismo que constata Jaume Collboni con su marcha del consistorio: el fracaso de una experiencia que en el ánimo del candidato y de su partido no se volverá a repetir. El gobierno municipal está fracasado, pero el PSC quiere encabezar otra cosa. Trías y Sirera han cerrado la puerta, pero no han dado un portazo. Es más, la han dejado entreabierta por lo que pueda ser.

Fotomontaje de Jaume Collboni (PSC) y Xavier Trias (JxCAT) / METRÓPOLI

Fotomontaje de Jaume Collboni (PSC) y Xavier Trias (JxCAT) / METRÓPOLI

Los tres candidatos quieren encabezar el voto anti-Colau en sus respectivos graneros electorales. Trias y Collboni, Collboni y Trias, se miran de reojo para ver quién lidera está opción. Sirera sabe que no tiene opciones, pero también sabe que puede tener la llave de la alcaldía. Colau y Maragall se lamen las heridas conjuntamente. Colau sabe que no va a ganar, de hecho se presenta para evitar un gran fiasco, y mimaba a ERC para afianzar un pacto de izquierdas sin el PSC y así mantener el empleo a sus concejales. Sin embargo, esta fórmula parece tras las últimas encuestas todo un cadáver. Ni siquiera la entrada de la CUP garantiza un gobierno de Maragall y Colau. Además, los dos aguantarán poco en el ejecutivo. Si no ganan, Colau buscará acomodo en las listas de las generales con Yolanda Díaz y Maragall sino gana será jubilado, aunque tarde, por su partido. Por eso, es clave saber quién será la dos o el tres de ERC. De ahí saldrá el sustituto. Si Colau se va dará igual quién será su sustituto o sustituta porque será el réquiem de los Comunes, que sin Colau no son nada. Y menos con Jordi Martí. De momento, el primer round lo ha ganado Collboni situándose en el centro de la batalla. Porque aquí aparece el segundo movimiento que el PSC quiere conseguir: todos contra Collboni. ¿Se acuerdan del todos contra Illa?. Trias y Sirera se han salido de la ecuación, al menos de momento, pero Trias tiene el hándicap de Puigdemont y Borràs y Sirera a un Feijóo que no consigue apoyos en su partido fuera de su ejecutiva, pero Colau y Maragall han caído como los torpes.