La verdad, ahora que no nos escucha nadie: siempre preferí meterme en jardines musicales que en los otros… ¡Ya me entienden! Lo cierto es que un festival de música es una realidad compleja y delicada. Frágil como una copa de cristal de Bohemia. Quebradiza como una canción de autor. El arte, el buen gusto, el estilo, el criterio… Todo eso son cualidades y talentos que están o no están. Ni se improvisan ni pueden organizarse desde un Excel frio y funcional. Hace años que conozco el buen hacer de Martín Pérez, alma máter del Festival Jardins de Pedralbes, y de tantas otras celebraciones musicales de máximo prestigio, como el Festival Mil·leni o el Cerdanya Music Festival. Más allá de los mil trámites burocráticos y administrativos que hay que cumplimentar, existe una trayectoria impecable, un curriculum vitae, un camino recorrido repleto de aprendizajes y experiencias. Martín y su equipo de Concert Studio llevan años mimando cada detalle, acariciando la excelencia, para que cada concierto sea “el mejor concierto posible”.

No podemos exigirles a los organizadores de un concierto que programen artistas en base a cuotas ni porcentajes. Póngame tantos artistas emergentes. Y otros tantos de tal palo, estilo, procedencia… En una ocasión, un editor invitó al gran Umberto Eco a confeccionar la que tendría que ser su nueva novela best seller, en base a unos ingredientes predeterminados. Le dijo algo así como… Oiga usted, muy señor mío, ponga en su nuevo libro un 30% de escenas de contenido erótico, un 20% de acción trepidante, un 15% de violencia explícita (algo gore, ideal). En fin, que el gran escritor se echó unas risas y, como no podía ser de otra manera, acabó escribiendo la novela que a él le parecía más adecuada. Y es que las cosas del arte y la belleza, la cultura en su extensión, son negociados sumamente complejos. De alta complejidad (que se dice ahora…). Jardines administrativos y jardines musicales. A cada uno lo suyo. Resulta que Martín Pérez y su big team de Concert Studio ahora mismo están navegando en la gran incertidumbre. ¿Qué va a suceder en esta nueva edición de 2023 del Festival Jardins de Pedralbes? Y lo sabemos. O mejor, deberíamos tratar de no olvidarlo nunca.

Toda cultura que quiera alcanzar una cierta excelencia, no puede verse sometida a trabajar en condiciones de incertidumbre, entre brumas, a tientas. Cómo van a otear el mapa artístico global para contratar a artistas geniales si no saben qué va a suceder pasado mañana. ¿Como puedes dar pasos firmes y certeros en plena noche oscura? Existen jardines musicales y jardines burocráticos. A cada uno lo suyo. El arte siempre necesitó respeto y profunda dedicación. Pues eso, lo dicho. A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Por una Barcelona ilustrada e ilustre. ¡Por la belleza!