Hacer que las cosas pasen no es sencillo. En ninguna parte del mundo. En Badalona tampoco. Quizá en Badalona especialmente estos últimos años. Lo de los años de inestabilidad permanente es una realidad. Y eso, evidentemente, dificulta las cosas incluso a nivel funcionarial. La parálisis y la incapacidad de generar consensos durante años han llevado incluso a que no se hayan actualizado como deben las condiciones de los funcionarios de la casa que deben hacer que la máquina funcione.

Sin embargo, cuando uno se empeña las cosas salen. Y esto es lo que ha sucedido con la Copa del Rey de baloncesto. Un evento que se visualiza en 154 países y que pone de nuevo a Badalona en el epicentro europeo de su deporte favorito. El camino para atraer la Copa no ha sido sencillo. Como en todo evento deportivo importante la

competencia entre ciudades es dura. En este caso Badalona tuvo que competir con otras candidaturas como las de Barcelona, Málaga o Valencia. Y tras muchos años intentándolo, finalmente Badalona vuelve a atraer una competición deportiva de primer nivel que tiene un impacto muy importante en la ciudad.

Y ésta precisamente es parte de la magia. Conseguir que una ciudad vuelva a vibrar con un evento deportivo es bueno, no sólo para el tejido económico de la ciudad que pueda verse beneficiado de estos días de Copa, sino que lo es para la ciudad en su conjunto. Por el incremento de actividad, por la ilusión de las entidades deportivas, por la imagen internacional del municipio. Pero sobretodo por la capacidad de volver a creer que en Badalona también pueden suceder cosas importantes. Más aún cuando uno está tan cerca de una ciudad como Barcelona que parece llevárselo todo.

INVERSIÓN Y GANANCIAS

Conseguir la Copa implica muchas cosas. Unas más etéreas y otras muchos más concretas. Por ejemplo, la vuelta de la Copa ha propiciado que se inviertan 3,4 millones de euros en los polideportivos de la ciudad, cosa que hacía más de una década que estaba pendiente puesto que la inversión era casi inexistente. Hay que celebrar la llegada de la Copa. El tejido deportivo, social, y cultural de Badalona está volcado. Y el empresarial también. Y es que no podemos obviar que el retorno económico es incontestable.

Se estima que la Copa dejará en la ciudad unos 11 millones de euros. Otro elemento interesante es el enfoque que se le ha dado a la organización del evento. En Badalona se ha entendido a la perfección que la Copa debe vivirse en toda la ciudad. Sin excepción. Si el evento se vive únicamente en los aledaños de las canchas la dimensión es menor. Sin embargo, esta Copa se vivirá en todos los rincones de la ciudad. Se contará con 4 fan zones y se encontrarán motivos de la Copa en todos los distritos de la ciudad. Un dato que me ha llamado la atención es la instalación de pelotas gigantes en la ciudad. Un clásico de muchas otras ediciones que contará con un matiz importante. Se instalarán 8 pelotas gigantes. Muchas más de las que se instalaron por ejemplo en Granada, y tengo que reconocer que la pelota gigante de Granada me impactó muchísimo cuando la vi. No me quiero imaginar balones diseminados por toda la ciudad. Una gran excusa para muchos selfies que seguro iremos viendo en las redes los

próximos días.

Badalona necesita un punto de inflexión para volver a lucir. Necesita creérselo de nuevo. Y ahora tiene una oportunidad. Sin embargo, como todo lo bueno que sucede en Badalona, no está exento de polémica.

POLÉMICAS

El candidato del Partido Popular Xavier García Albiol afirmaba esta pasada noche que “la ACB ha tenido que asumir la gestión de la parte que le correspondía al Ayuntamiento de Badalona en la organización de la Copa del Rey de Baloncesto por la incapacidad de cumplir a tiempo. Nos costará un millón de euros más.”

En esta afirmación tergiversa el señor Albiol lo que verdaderamente ha sucedido. El Ayuntamiento, tal como se explicó desde el primer día, ha destinado una partida presupuestaria de un millón de euros a que la ACB gestionara ciertos aspectos de la competición. Es lógico. Son ellos quienes tienen la experiencia técnica suficiente para gestionar aspectos importantes a nivel organizativo. Pero que nadie piense que la ACB se queda ese dinero en concepto de no se sabe muy bien qué. Con ese dinero se han realizado contrataciones a empresas de Badalona para el buen desarrollo del evento.

La Copa no cuesta ni un euro más de lo que estaba previsto, y Albiol lo sabe. O debería saberlo. Es cierto de que el hecho de que no haya aparecido en nada relacionado con la Copa del Rey quizá le dificulta la comprensión del volumen del acontecimiento y del funcionamiento del mismo. No apareció en la presentación de la candidatura, ni en los actos de apoyo de las diferentes entidades de la ciudad, ni en la adjudicación por parte de la ACB, ni en el sorteo...

Pudiera parecer a algún mal pensado que lo de haberlo intentado sin éxito mientras era alcalde y ver que ahora lo ha conseguido el alcalde socialista Rubén Guijarro le ha hecho desarrollar cierta animadversión hacia la fiesta del basket español. En cualquier caso, lo más importante de todo es que la ciudad está volcada en la Copa, y que en los próximos días, Badalona, volverá a estar en el mapa del deporte europeo con mucha fuerza.