Abril, 2022. Barcelona ocupa la posición número 12 entre las veinte ciudades más sexuales del mundo. Abril, 2023. Barcelona desciende al número 40 entre las cincuenta ciudades más sexuales de España. Según estos datos, el año pasado Madrid era la número 4 del mundo, muy por delante de Barcelona. En España, el presente 2023 Barcelona adelanta dos posiciones a Madrid. ¿Qué ha ocurrido en un solo año para tan gran declive de Barcelona en cuestiones sexuales, que hasta la superan Girona (12), Tarragona (24) y Lleida (38)?    

El ranking mundial lo establece la marca de bebidas The Bottle Club, que calcula el grado de sexualidad de las ciudades. Para ello, analiza datos como el romanticismo ambiental, la cifra de clubs de striptease, los eventos y actividades sexuales que se organizan en cada ciudad y el número de hoteles por horas. También, la cifra de restaurantes con menús afrodisíacos y el número de usuarios de aplicaciones y páginas web sexuales. Según dicha estadística, la oferta sexual de Barcelona para placeres ocultos es la número 7 del mundo en fetichistas y en la cantidad de actores y actrices porno que viven y trabajan en la ciudad. En resumen: la número uno más sexual del mundo es Londres. La que menos, Copenhague en el puesto 20. 

La estadística española se basa en el Estudio sobre hábitos sexuales 2023, que contempla la edad de la primera relación sexual, la infidelidad a la pareja (en Cataluña es Manresa), la obtención de placer y de orgasmo, y el encuentro de pareja mediante páginas web. Otros factores son los lugares favoritos para tener relaciones sexuales: dormitorio (71,4%), salón (11%), hoteles (5,7%), otros (4,5%), en la calle (1,6%), en el coche (1,5%) y en el baño (1,5%). En tales modalidades, Barcelona va en los furgones de cola. Sintetizando: la más sexual es La Rioja, y la que menos, Albacete.

Ante tan preocupante situación para la Barcelona sexual que fue la admiración erótica de Europa en los Siglos XIX y XX, diversos medios de comunicación publican diferentes estudios sobre el asunto. Unos concluyen que las parejas jóvenes pierden deseo sexual. Otros que los adolescentes se sienten víctimas del feminismo y se cortan. También son noticia el aumento de consumo de Viagra entre la juventud y el incremento de gatillazos. Pero en ningún caso constan las andanzas sexuales de los mayores de sesenta años, que yacen en el olvido de los estudiosos y aficionados del sexo. Dan por supuesto que a ciertas edades, ya nada de nada.

Otras culpas se atribuyen al consumo de pornografía, al tiempo perdido ante el televisor, y a la excesiva afición a llevarse el teléfono móvil o los videojuegos a la cama. A todo ello hay que sumar el miedo a enfermedades contagiosas, a la incertidumbre ante el presente y el futuro, a las angustias que causan las hipotecas, la cesta de la compra, la guerra en Europa y más temores y desasosiegos… Para rematarlo, durante esta semana y las próximas, la publicidad electoral y los debates políticos consiguen que se quiten las ganas de alegrías en la mente y en el bajo vientre.