A las múltiples y variadas bandas mafiosas, narcotraficantes, violadores, incívicos, pirómanos, okupas y violentos que pululan por Barcelona, se suman ahora los de una secta llamada The Tyre Extinguishers (Los extinguidores de neumáticos). Su primera acción ha sido pinchar y reventar ruedas de coches en Sarrià. Como paso previo a peores amenazas y salvajadas, dejan un cartelito en catalán que reza: “Esto no va contra ti como persona”. Cobardes ocultos en el anonimato, estos aprendices de matones seleccionan vehículos SUV y 4x4 porque los juzgan culpables de ser “un desastre para el clima”, “causar mucha más contaminación” que los vehículos pequeños y “poder matar más personas en un choque”.
Camuflados como ecologistas, están más cerca del ecofascismo que del ecologismo. Por el momento, se cuidan de cometer delitos o faltas y se limitan a causar molestias e intimidar a los ciudadanos que usan este modelo de vehículos. Pero el próximo paso puede ser como el que hubo de los primeros esquatters ingleses a los okupas mafiosos y violentos de Barcelona. O como la degeneración de independentistas pacifistas a los piquetes de Arran, la CUP y los nazis y racistas de Cataluña. Sus acciones y su manual de instrucciones para sabotear coches es parecido a los de los antisistema y los anarquistas locales y extranjeros. Y su odio contra ciertos vehículos y ciertos barrios es idéntico al de los que practican la turismofobia contra autobuses, cruceros y negocios turísticos.
El cuerpo teórico de The Tyre Extinguishers es similar a las vacías y demagógicas ideas de la concejala en funciones Janet Sanz y sus comunes, dispuestos a arruinar la industria automovilística y a causar más paro y pobreza. Sin legitimidad alguna para imponer qué tipo de coches debe usar la sociedad y sin las opiniones respetables y cívicas que sostienen la OCU y otras entidades, su coartada es que “la emergencia climática nos obliga a actuar”. Para dejar claras sus intenciones, se felicitan en las redes de sus ataques a la libertad de conducir y amenazan con que “esta es la primera acción en Barcelona, ¡la primera de muchas!”. Señalan, además, a la “elegante zona de Sarrià”. No casualmente, eligieron el día que la Junta Electoral tumbó los recursos de los adalibanes para proceder a más recuentos de votos, y cuando la Justicia ha dictado órdenes de desalojo de okupas en la Bonanova. No perdonan que Bonanova, Sant Gervasi y Sarrià han sido puntas de lanza para frenar al colauismo. Y su bandería está que arde de ira porque dejará de ingresar 500 millones de euros de dinero público en las arcas del partido y pierde más de doscientos cargos de confianza en el Ayuntamiento y sus organizaciones clientelares.
Los malhechores de The Tyre Extinguishers también han atacado en varias ciudades de Europa y Norteamérica. Y su sucursal de Barcelona apesta a lo peorcillo de cada familia extremista, antidemocrática y violenta. Como el que avisa no es traidor y ellos ya han avisado, los cuerpos de seguridad saben por dónde investigar y prevenir. A ver si van a por los ecovándalos y ecofascistas, aunque “esto no vaya contra ellos como personas”.