Barcelona es la ciudad de España que más decepciona a los turistas, según los datos recopilados por la página británica KingCasinoBonus. Aseguran sus estadísticas, tradicionalmente cocinadas para alejar al turismo inglés de España, que Barcelona decepciona más que Madrid, que también decepciona mucho y es la siguiente de la lista. Por suerte, KingCasinoBonus; no ha contabilizado que Barcelona decepciona también hasta a los barceloneses y turistas de comarcas desde que Ada Colau se aposentó en el trono del Consistorio. Aunque la página británica no detalla los motivos de tanto desencanto, ya antes había situado al Park Güell como la atracción turística de España que más desilusiona a los visitantes y como el decimosegundo monumento peor valorado del mundo.

Como es tradicional en algunos medios de comunicación del Reino Unido, no les interesa saber la opinión que tienen los barceloneses y el vecindario del Park Güell sobre el turismo inglés que pasa por allí. Ni tampoco sobre el Ayuntamiento que comenzó a desgraciarlo con precios exagerados para los bolsillos locales que rehúyen el lugar a causa del turismo. No es xenofobia. Sólo es recordar el año 1979. En aquel agosto, hubo un brote de cólera que afectó a 246 persona en Málaga y algún caso aislado en Barcelona. Pero los tabloides ingleses aprovecharon la ocasión. Y para alejar al turismo internacional publicaron una fotografía de la señal de tráfico situada en la entrada de Colera, (Cólera sin acento) localidad ampurdanesa fronteriza con Francia.

Además de la histórica inquina de la Pérfida Albión, la inseguridad ya estructural de Barcelona se propaga y multiplica en las redes. Un desastre que ha propiciado que una usuaria de TikTok denuncie los robos de móviles en la Sagrada Familia, donde no ve ni un policía. Olvida, sin embargo, que las catedrales no se hicieron para los turistas. Pero lo cierto es que los barceloneses coinciden con ella en que la seguridad les inquieta cada vez más y los datos lo demuestran. Según la última estadística municipal que toca tragarse al nuevo Ayuntamiento, la inquietud de la ciudadanía ha crecido del 19,5% de 2022 al 22,7% en lo que va del presente año. Dato que vuelve a cuestionar a Albert Batlle como jefe político de un cuerpo desautorizado y menospreciado por Colau y sus adalibanes antisistema sin que el concejal tuviese la valentía de impedirlo.

Comprobado otra vez que el exceso de tolerancia sólo sirve para que aparezca y crezca una nueva intolerancia, el orden es el más frágil de los bienes sociales. Ahora hay que esperar a los preceptivos cien días para ver si aquel Ayuntamiento que se hizo llamar progresista y feminista rectifica y atribuye su fracaso a errores de diagnóstico y no a que la realidad es perversa. “Sólo la izquierda nos puede decepcionar”, dijo aquel viejo anarquista de Soldados de Salamina mientras bailaba el pasodoble Suspiros de España. “La derecha no, porque ya sabes lo que quiere”, añadió Javier Cercas. Collboni tiene ahora la oportunidad de no decepcionar. De momento, ya se ha subido el sueldo.