La seguridad en las etapas de la Vuelta a España en Barcelona es insegura.  El sindicato del sector ha denunciado a La Generalitat y a Antifrau que la empresa contratada por el Ayuntamiento no es de seguridad. La firma beneficiada no está habilitada para este cometido, es novata, desconocida, se ha creado hace cinco meses y su capital social es de 3.000 euros.  La sospechosa chapuza se debe al director de Promoción y Acontecimientos Deportivos, y al coordinador de Acontecimientos Deportivos, y al Institut Barcelona Esports. Pero el concejal de seguridad, Albert Batlle, no se ha enterado o no quiere enterarse.

El interesado silencio del jefe político de la Guàrdia Urbana puede deberse a que, hace dos años, Colau y Collboni rechazaron negociar con la organización de la Vuelta Ciclista a España que Barcelona fuese inicio o final de etapa en esta edición. Fue cuando un concejal de Ciudadanos lamentó “la falta de voluntad política de comunes y socialistas para acoger un evento deportivo de este calibre”. Batlle sabe que algo huele mal en este asunto. Porque el pasado mes de mayo, Colau anuló contratos millonarios para dotar un cuerpo de control y vigilancia a la Vuelta Ciclista, a causa de las irregularidades que denunciaron los sindicatos. Sus funciones eran “Garantizar la seguridad de los ciclistas y el público, dar visibilidad del Ayuntamiento como promotor de la Vuelta Ciclista y proyectar una buena imagen de Barcelona”. Una burla y una pantomima, visto lo que viene a continuación.

Otra inseguridad está en la empresa Iniciatives Events, encargada de organizar las etapas de la Vuelta Ciclista a España en Barcelona. Es la misma que está siendo investigada por su apoyo a la plataforma ilegal Tsunami Democràtic y durante diez años ha organizado los actos del independentismo ultra. Entre los más destacados, congregar a más de 20.000 personas para protestar por el “exilio” del forajido de Waterloo. Protestas contra Felipe VI. Fabricar y quemar su figura gigante. Prestar material para cortar la autopista con Francia el 2019. Y sus dos propietarios son investigados por presunta malversación de fondos públicos, cohecho, prevaricación, tráfico de influencias, blanqueo de capitales y desórdenes públicos.

La metamorfosis de pasar del independentismo a trabajar para la Vuelta a España no sería nueva ni preocupante. Botifler más, botifler menos, se llenan los bolsillos como sus antepasados cuando pasaron del franquismo al independentismo y enchufaron a sus actuales retoños. Lo inquietante es que los escuadrones violentos de los CDR llaman a boicotear a La Vuelta porque: “Invade los Países Catalanes y no es bienvenida”. Conocidos sus métodos propios de matones furiosos, su objetivo es actuar en los territorios de Valencia, Cataluña y Andorra por donde pasará. La novedad es que en Valencia hay un gobierno del PP que no está para entelequias, y en Andorra la gendarmería francesa es menos cariñosa que la policía autonómica de Cataluña. De ahí que el máximo peligro y la máxima resonancia de cualquier atentado estén una Barcelona desbordada por la delincuencia. Si pasa algo grave, ¿asumirá el Ayuntamiento sus propias brechas de seguridad?