El Plan de acción de Movilidad del Raval es una medida aprobada por el Ayuntamiento de Barcelona y el distrito de Ciutat Vella para restringir el acceso de entrada y salida del barrio. Esta medida, que a todos los efectos estará en marcha a partir de enero del 2024, contará con ocho cámaras de lectura de matrículas en las principales arterias de entrada clave del Raval. Su misión será supervisar el acceso de vehículos privados y de mercancías, para controlar la movilidad y sancionar infracciones.

Las cámaras estarán situadas en: La Rambla-Calle de Pelai, Calle Gravina-Calle de Pelai, Calle de Riera Alta-Ronda de Sant Antoni, Calle de la Cera-Ronda de Sant Pau, Calle Nou de la Rambla-Avenida del Paral·lel, Portal de Santa Madrona-Calle de Montserrat, Calle del Tigre-Ronda de Sant Antoni, Calle d’Abat Safont- Avenida del Paral·lel.

Dicho plan, que según el consistorio busca reducir el flujo de circulación en tránsito en el interior del Raval, carece de sentido, ya que gran parte de los vehículos que circulan por él son de transporte de mercancías.

Según el Ayuntamiento, este plan ha sido aprobado después de un proceso de trabajos técnicos y de participación, que define un modelo de movilidad específico que se adapta a las características del barrio del Raval. Pero faltan a la verdad. Ha sido un plan aprobado sin el consenso de las asociaciones de vecinos, ni de los comerciantes que operan en el barrio. En las diferentes comisiones institucionales ya se veía reflejado el malestar generalizado. La realidad es que no hay informes ni estudios hechos previamente a la implementación del nuevo plan de movilidad.

En la anterior legislatura, también sin previo consenso, ya se realizaron cambios de sentido aplicados en una veintena de calles del barrio.

La desinformación de los vecinos es total. Nadie sabe cómo va a acceder dentro del Raval, no hay información clara de dónde tenemos que registrar las matrículas de nuestros vehículos, qué pasará si familiares o amigos quieren venir a visitarnos... Es una medida que tiene un único fin: sancionador y recaudatorio.

En conclusión, se trata de un plan discriminatorio que lo único que va a promover es crear una diferencia entre los vecinos de nuestro barrio con el resto de vecinos de la ciudad de Barcelona. De esta manera, se creará un nuevo hándicap, en un barrio castigado por las diferentes problemáticas.

Los más afectados por esta medida serán la gente mayor debido a la brecha digital se les dificulta el acceder a la información para poder hacer las gestiones necesarias y los comerciantes, ya que se verá limitado el horario de carga y descarga, convirtiéndose en una odisea poder operar dentro del Raval.

En lo único que podemos estar de acuerdo es en la necesidad de cumplir con la normativa de las zonas DUM, de carga y descarga. Lo demás nos parece un despilfarro de gasto público innecesario, invertir en cámaras, simplemente por un efecto recaudatorio sancionador.

De todas formas, lo más probable es que este Plan de Movilidad acabará en los tribunales porque restringe la libertad de circulación y será tumbado, como otros planes que se aprobaron con anterioridad por el consistorio y el TSJC los derogó.