Barcelona es la ciudad con más carteristas del mundo, según una influyente tiktoker que publica contenidos sobre estudiar, vivir y viajar al extranjero. Carteristas chilenos son el terror del metro de Barcelona. Y Luis Baeza es un actor infantil chileno reconvertido en uno de los carteristas más famosos del metro de Barcelona, según informa la reportera Ángela Vázquez en este diario. El hurto es la infracción más habitual en la ciudad, con 21.812 sustracciones cometidas el 2023 y un 30,8% de aumento más que en 2022. El pasado mes de enero, el diario británico The Express ha situado la Rambla como la zona más peligrosa entre las zonas más peligrosas de Europa. Es la ciudad que dejó Colau.

Los ingleses llaman pickpockets a los delincuentes que sustraen carteras, relojes, teléfonos y objetos de valor a los turistas. Y alertan de que aprovechan las aglomeraciones en los medios de transporte como el metro y el bus para cometer estos delitos. Ahora, los carteristas chilenos han sustituido a rumanas y rumanos en la técnica de birlar carteras. Huidos de Chile por sus antecedentes penales, viven en Badalona, donde la policía local les marca de cerca, igual que la Guardia Urbana de Barcelona. También las patrullas de ciudadanos voluntarios que los señalan, desenmascaran y abuchean en el metro. Cuando las pillaban, las rumanas huían. Pero los chilenos plantan cara, atacan y empujan a quienes intentan retenerlos y a otros viajeros que arrollan en su fuga. Además, los insultan llamándoles racistas y xenófobos.

Cada vez más agresivos y violentos, les llaman “lanzas” que es como en Chile denominan a los maleantes que huyen al extranjero para robar y enviar dinero a su familia. En muchos casos les justifican alegando que sólo devuelven parte del oro que los españoles se llevaron de las américas. Detenidos y fichados cientos de veces, no tienen sanciones penales lo bastante disuasorias y se aprovechan de las leyes proteccionistas españolas y de los grupúsculos buenistas y wokes que les acogen y apoyan como si fuesen hermanitas de la caridad. Hasta que causen alguna desgracia.

Dicen llamarse Roberto, Daniel, Joao y Pablo. Y el más estrella es Roberto Riquelme, alias Cara de Completo, que dejó de ser artista infantil para dedicarse a carterista en Santiago de Chile. Como les gusta la fama, dan la cara, chulean y conceden entrevistas a los medios de comunicación. Se caracterizan por no respetar las normas y la ética de los antiguos carteristas barceloneses. Aquellos que hasta tenían escuelas de carteristas en el Barrio Chino. Los que tan bien describieron Enrique Rubio, añorado maestro de los sucesos y la picaresca, y los reporteros del también desaparecido semanario Interviú a todo color. Aquel personal hasta podía caer simpáticos por su gracia, su maestría y su cierta caballerosidad, ya que respetaban su código y no robaban a mujeres, ancianos ni menores. No eran Robin Hood, pero ya casi nadie recuerda su buena educación y su esmerado estilo barcelonés. Sin embargo, para la banda de los chilenos, además de los turistas, mujeres, personas ancianas y discapacitadas sólo son víctimas fáciles.