Durante demasiados años, Barcelona ha enfrentado un problema persistente con la inseguridad en sus calles. Las estadísticas del Ministerio del Interior sobre la criminalidad en la ciudad, así como los datos proporcionados por los Mossos y la Guardia Urbana sobre la delincuencia, evidencian que tenemos un problema grave que va a más y que los barceloneses estamos cada vez más preocupados por el aumento de hurtos y robos con violencia.
El Barómetro municipal del Ayuntamiento de Barcelona ha registrado durante años la inseguridad como el principal problema, especialmente desde que Ada Colau asumió la alcaldía en 2015. Actualmente, con la llegada del socialista Jaume Collboni como alcalde, solo se ha producido un cambio superficial: ahora el gobierno municipal gasta más dinero en publicidad y autobombo con medidas como el Pla Endreça, tratando de hacer creer que la seguridad está bajo control. Sin embargo, la realidad es que Barcelona es la provincia con más delitos por cada 100.000 habitantes en España. Desde que Collboni es alcalde la delincuencia no solo no desciende, sino que sigue aumentando.
Es necesario actuar con mayor firmeza y contundencia. En enero, conocimos que la policía detuvo en Barcelona a 25 multirreincidentes un total de 893 veces, unos delincuentes que acumulan más de 1.400 delitos, pero la lentitud del sistema judicial provoca que muchos de estos todavía no hayan sido juzgados, creando una situación de desamparo en la seguridad ciudadana.
Desde Vox propusimos la creación de una brigada policial especial de la Guardia Urbana conjunta con los Mossos d’Esquadra para realizar un control y seguimiento más exhaustivo de los multirreincidentes que operan en nuestra ciudad, con el fin de prevenir y evitar nuevos delitos. La propuesta fue rechazada por el gobierno municipal, sin justificar las razones; estaban más preocupados por hacer un cordón antidemocrático a Vox que por pensar en la seguridad de los barceloneses.
Durante el pasado verano la cifra de robos en Barcelona rondaba los 300 robos al día, lo que significa que cada hora se producen 12 robos. Esto demuestra que no podemos esperar más tiempo, necesitamos respuesta urgente frente la impunidad de aquellos que han convertido la delincuencia en su modo de vida.
Por otro lado, es importante recordar que los datos oficiales de la policía obtenidos por una pregunta del grupo municipal de Vox, nos confirmaron que entre 2022 y 2023, el 78% de los delincuentes detenidos en Barcelona por la Guardia Urbana y los Mossos d’Esquadra eran extranjeros, acumulando más de 29.000 detenciones. Es decir, en Barcelona ocho de cada diez detenidos son extranjeros. Algo pasa y algo hay que hacer, mirar hacia otro lado no resuelve el problema, lo hace más grande.
Las administraciones deberían prestar una atención especial a las nacionalidades de los delincuentes más detenidos, ya que muchos podrían estar siendo explotados por mafias, con especial atención a menores de edad, que deberían ser devueltos con sus familias. No se trata de racismo, sino de una cuestión de sentido común. Con la actitud “buenista” del resto de los grupos, lo único que se consigue es mantener vivas a las mafias del tráfico de personas, que muchas de ellas perezcan en el Mediterráneo y que al llegar aquí muchos se conviertan en almas en pena que solo pueden recurrir a la delincuencia para malvivir.