El incivismo es un problema para el 3,8% de los barceloneses. Según el barómetro municipal se registra un mínimo descenso, pero descenso al fin y al cabo, en esta problemática. Y una buena noticia. Esta semana pasada asociaciones y vecinos y empresarios de ocio nocturno firmaron un acuerdo para mejorar la convivencia, para hacer compatible el ocio y el descanso de los vecinos. Dicho de otra manera, trabajar juntos para luchar contra el incivismo previniendo conflictos y mejorar la calidad de vida sin afectar el derecho a la diversión de los jóvenes, y no tan jóvenes.
El representante de la FAVB, Juan Camilo Ramos, fue explícito: "No queremos, como se dice por ahí, que el ocio nocturno se vaya de la ciudad. No queremos eliminar el turismo ni las terrazas. Lo que nosotros queremos es solucionar los problemas que surgen de los excesos y los abusos". Los firmantes califican el acuerdo como histórico, pero este puede quedar en agua de borrajas.
Al tiempo de conocer el barómetro municipal y el acuerdo de empresarios y vecinos, saltó la sorpresa. El Ministerio de Sanidad sacó a consulta pública, sin consenso con el sector ni con las Comunidades Autónomas, su proyecto de erradicar el tabaco de las terrazas. Si tenemos en cuenta que en Barcelona hay 9.606 establecimientos de restauración de los que 5.859 son bares, según datos municipales de 2021. En números redondos podemos concluir que hay 10.000 locales, una gran mayoría con terraza, porque Barcelona es una ciudad que mira a la calle y las terrazas forman parte de nuestra vida cotidiana.
Lo que plantea el ministerio es que las terrazas sean espacios sin humo, pero podrás fumar un pitillo de pie y a un metro de la terraza lo cual, en si mismo, es una situación esotérica. ¿Qué pasará? Que la incomodidad que generará a los fumadores tanto los tradicionales, como los vapeadores o los que fuman tabaco calentado les llevará a potenciar encuentros fuera de las terrazas. Para entendernos, botellones urbanos.
El sector, sin duda, se verá afectado, y no para bien. La patronal del sector publicó también la pasada semana una encuesta en la que el 80% de la población acepta la situación actual y lo más significativo, la gran mayoría considera que en materia de salud hay otras prioridades como la falta de profesionales médicos y enfermeras, la infrafinanciación de hospitales, la saturación de los centros de atención primaria, la falta de algunos fármacos y un largo etcétera que deberían centrar la atención del departamento que dirige Mónica García.
En definitiva, prioridades y no parece que sea una prioridad contribuir a generar un debate sobre fumar en espacios públicos abiertos sobre los que no hay una evidencia científica sobre sus peligros porque son lugares ventilados. Además, genera incertidumbre en el sector y amenaza la convivencia ciudadana en las grandes ciudades y en áreas metropolitanas. Poco podrán hacer empresarios y vecinos en su idea de poner orden y generar una simbiosis entre descanso y ocio, si los que practican el ocio lo hacen fuera del entorno de bares y restaurantes. Estamos en puertas del nuevo incivismo que viene.
Creo que Mónica García está deseosa de protagonismo para compensar las horas bajas de Yolanda Díaz y busca detonantes para ese protagonismo. Solo debe tener una cosa en cuenta, los detonantes a vez te explotan en la cara. Debería tenerlo en cuenta. Como deberían tenerlo en cuenta los alcaldes porque el nuevo reglamento tiene más problemas que soluciones. Y para Barcelona es un problema porque si la norma es aprobada el incivismo volverá a crecer.