Solo ha pasado un año y el panorama municipal ha cambiado. ¡Y de qué manera! Xavier Trías y Ernest Maragall ya no están en primera línea. Trías salió por la puerta grande. Maragall también lo parecía, pero se fue por la gatera. Continúan en sus puestos el alcalde, Jaume Collboni, Daniel Sirera y Ada Colau. Dicen que el alcalde lo tiene difícil porque está en minoría. Peor fue hace ocho años con cuatro concejales. Eso sí que era estar en minoría. Daniel Sirera sigue esperando que alguien ponga orden en su partido, y no parece que Feijóo esté por la labor, y mientras va a lo suyo consolidando un grupo que quedó noqueado hace ocho años y ahora se recupera. Además, se le señala como culpable de la actual situación porque evitó un gobierno de Trías. ¡Bendita culpabilidad!

Y sigue también Ada Colau, aunque no lo parece porque vaga por el mundo municipal en su burbuja y no da demasiados palos al agua. No se la escucha mucho, pero tampoco parece que se entere mucho. Día 26, pleno del ayuntamiento y pregunta de los Comunes sobre el tranvía de la Diagonal. Los Comunes acusaban al consistorio de haber perdido un año en conectar Francesc Macià con Glorias. No se acuerdan de que tumbaron los presupuestos de Pere Aragonés que lo hacían posible. Collboni contestó con un doble sí. Por un lado, sí a que se produzca esta conexión y sí a empezar las obras desde Verdaguer a Francesc Macià siempre que haya presupuestos con Salvador Illa al frente de la Generalitat y presupuestos en el consistorio para 2025.

Janet Sanz no aprovechó la ocasión para ganarle la partida al alcalde. El día 31 se hizo público el acuerdo PSC-Comunes para investir a Illa. En los papeles, como prioridad la conexión del Trambaix con el Tambesós. Si Sanz hubiera conocido como iban las negociaciones hubiera podido reforzar su posición. No lo hizo y Collboni se llevó el gato al agua. Parece que la líder eventual de los Comunes no lo sabía, y la etérea Colau, tampoco. No aprovecharon la ocasión para abanderar la conexión de esta infraestructura porque no conocían la cocina de los Comunes del PSC. O a Jéssica Albiach se le olvidó decírselo a Colau o simplemente pasa de ella.

Al margen de esta anécdota, malévola lo reconozco, es buena noticia que en esta legislatura tengamos la conexión de los dos tranvías que abre muchas posibilidades al transporte público por sus conexiones con las líneas de metro y ferrocarriles, uniendo el norte y el sur de la ciudad. Por fin, tendremos el tranvía que nos lleve del Besòs al Llobregat. La reivindicación del tranvía empezó en el Baix Llobregat hace 30 años. Conectar diferentes poblaciones como Sant Joan Despí, Esplugues y Cornellà con la parte alta de Barcelona era el gran objetivo. Luego llegó Sant Feliu y Sant Just Desvern y así quedó el Baix conectado con Francesc Macià. El tranvía siguió andando hasta el Besòs desde Glòries y ahora se llevará a cabo la gran conexión, desechada y menospreciada al principio, y ahora ansiada. Recuerden que un buen alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, se churrascó con el tranvía. Ahora la historia le absolverá y le da la razón. Más vale tarde que nunca.