35703 viviendas. Es un dato. Corresponde a las viviendas que construyó el presidente Montilla en su legislatura de 2004 a 2010. Lo digo para recordar al Sindicat de Llogateres que los gobiernos socialistas sí han construido vivienda sociales. Cosa que los gobiernos independentistas no han hecho y que a estos señores y señoras que han descubierto una nueva clase social -los rentistas- se les olvida con demasiada asiduidad. Ahora ponen en duda la promesa de Salvador Illa, pues ya les aviso que se llevarán una sorpresa. 

En el tema de la vivienda no hay solución mágica y menos con propuestas como la rebaja de los precios un 50% o la huelga de alquileres, que parece inspirada en el fiasco del “no vull pagar”. Aunque el Sindicat -mal nombre sin duda para esta organización- no lo crea, los propietarios también tienen derechos y no todos los inquilinos estamos de acuerdo con esta entidad que a veces utiliza métodos que critican cuando los utilizan los otros.

Irán los responsables del Sindicat a pagar los alquileres y a evitar la finalización de contratos de los que sigan la huelga. ¿A quién afectará? A los fondos buitre les resbalará, pero quien tenga un piso alquilado para complementar su pensión será un drama. Eso sí, estos propietarios “sin escrúpulos” deben saber que el lenguaje de la nueva izquierda radical los pasa de propietarios a rentistas como si tener un piso sea similar a gestionar un latifundio.

Aprovecho para decirle a mi casera que tranquila que pagaré. Por cierto, me debe haber tocado la lotería porque ha hecho cambios en el piso y no le he puesto una pistola en el pecho. 

Ciertamente, como dice Collboni “el acceso a la vivienda es una de las principales causas de desigualdad”, como lo es el nivel salarial que impide hacer frente a los gastos de vivienda. La solución no será inmediata, pero parece que este sindicato quiere poner en apuros al gobierno municipal y al de la Generalitat. Los únicos que están movilizando recursos económicos y de suelo. Qué curioso, ¿A qué opción política obedecen señores y señoras del Sindicat? 

Y la solución pasa por el diálogo entre los propietarios -grandes y pequeños- con los inquilinos -y no solo el Sindicat que solo representa a una ínfima cantidad de inquilinos- y la administración. Diálogo que abandonaron en la primera reunión que se planteó en la Moncloa por el Gobierno socialista. Dijeron que ellos no hablaban con los grandes propietarios. Esto es tanto como pensar que un sindicato quiere alcanzar un convenio colectivo sin hablar con la patronal. ¿En qué mundo viven? O mejor dicho, ¿a quién obedecen? 

Ada Colau movilizó a la PAH afirmando que ella no iba a entrar en política. Lo repitió hasta la saciedad y mintió. Me pregunto si el Sindicat de Llogateres sigue esta estela, o estelada quizá, porque sorprende que se arroguen la representatividad de todo un colectivo. Estoy ansioso de ver como presentan su huelga de alquileres y quién les sigue. ¿Tiene que haber cambios? Sí, claro, pero alejados de la demagogia y la manipulación. Alejados de lo imposible o de la colectivización. Pedir la reducción del 50% del precio del alquiler es tanto como pensar que los Reyes de Oriente te van a dejar un cochazo en la terraza. Diálogo entre colectivos y esfuerzo público. Esta es la receta. Lo otro es predicar remedios infalibles en casetas de feria, ensalzando a los nuevos charlatanes.