La nueva Ordenanza de Circulación entrará en vigor el próximo 1 de febrero de 2025. A ella se opusieron Junts y Vox y el PP se abstuvo. Básicamente su razón de ser ha sido regular el uso del patinete, los VMP (Vehículos de Movilidad Personal). De paso, el texto da una vuelta de tuerca más a la motofobia de nuestros gobernantes para introducir ciertas restricciones al aparcamiento de motos al continuar vetándo su circulación por el carril bus-taxi como sí se permite en la mayoría de las grandes ciudades de España.

La regulación municipal del patinete llega tarde y mal. Tarde porque hace ya casi cuatro años que se iniciaron sus trabajos al respecto y dos, enero 2023, desde que se aprobó inicialmente la Ordenanza. Cuando por fin se tramita, en su acuerdo definitivo son constatables dos cosas. La primera: para este viaje no hacía falta estas alforjas ni esperar tanto tiempo.

La Ordenanza en lo sustancial traspone la normativa del Estado sobre el particular. En concreto, la Ley de Seguridad Vial introdujo en diciembre de 2021 la prohibición de circular por las aceras (artículo 25) y la obligatoriedad de portar casco (artículo 47) y el modificado posterior del Reglamento de la DGT sobre la categorización de los VMP en base a su uso personal o para el transporte de mercancías.

La segunda cosa que se constata es la confusa, errática e insuficiente redacción de la Ordenanza y las dificultades de la exigencia de su cumplimiento desde el consistorio y de comprensión de la normativa por los usuarios del patinete, mayores de 16 años, y por el resto de conductores y por los propios peatones.

Todos estaremos de acuerdo en lo contemplado en la normativa estatal o en limitar el uso de los VMP a solo una persona o en la exigencia de luces delanteras y posteriores a los VPM. Hubiera sido conveniente que a los conductores de los patinetes se les exigiera, como a los del resto de otros vehículos con los que compartirán la calzada, unos mínimos conocimientos del código de circulación, es decir, una licencia que les habilite al efecto. Una temeridad absoluta no hacerlo.

Hay otros aspectos donde las regulaciones se quedan cortas como, por ejemplo, la no exigencia aún de seguro obligatorio de responsabilidad civil ni de matrícula o calca alguna al VMP.

La realidad actual de los patinetes es inaceptable. Circulan por las aceras, calzadas y por su carril y en todas partes con un común denominador: un incivismo tan mayoritario como impune. Sin respeto a los semáforos, en circulación contraria o sobre aceras y con velocidad excesiva. Los peatones, sobre todo las personas mayores y los más pequeños, son sus temerosas víctimas propiciatorias.

El peatón en la acera en demasiadas ocasiones ha de compartir su deambular con el circular de patinetes y ciclistas en un pseudo carril solo delimitado por una señalización horizontal, las líneas de pintura. Se llega al extremo de que hay calles con dos pasos de peatones: el de la calzada y el de la acera para bicis y VMP.

En el expediente municipal que motiva la norma, el informe de la Guardia Urbana es de un escaso folio de extensión y de nulo contenido real y era flagrante la ausencia de informes de entidades especializadas como el RACC. Asimismo, varios artículos son inconcretos o confusos siendo difícil que la Ordenanza sea entendida por el ciudadano que debe respetarla y por la Guardia Urbana que la ha de hacer cumplir con sanciones de hasta 500 euros.

En su preámbulo la norma debiera contener recomendaciones de las exigencias hoy ausentes (matrícula, seguro o que todos utilicen prendas reflectantes). En sus disposiciones adicionales procedería incorporar consejos de seguridad y de compromisos municipales. Por ejemplo, garantizar que la Guardia Urbana dispondrá de los medios necesarios para la intervención o inmovilización de los VMP y controlar el trucaje de motores o los excesos de velocidad, etc.

En paralelo, es menester promover auditorías céleres y rigurosas y sin improvisaciones de los carriles-bicis, de las zonas 30 y de las restricciones injustificadas o cambios de sentidos en la circulación acordados en la era Colau desde su cochefobia. Por cierto, la instrucción a los ayuntamientos sobre los VMP del AMB, Área Metropolitana, aprobada en la primavera de 2023, sigue sin actualizarse.

Para finalizar, ha de ser inmediata una campaña informativa municipal del Quo vadis patinete para informar del nuevo laberinto de circulación de los VMP: podrán circular los mayores de 16 por el carril bici o en acera a un máximo de 10Km/h, en las zonas 30 y límite a 25 Km/h y no podrán hacerlo en las calles 50 o por las aceras salvo excepciones, y la concreción de su uso por menores de 16 o adultos con pequeños en ciertos supuestos. El patinete hoy circula descarrilado y a lo loco, y las motos sin poder hacerlo con civismo por el carril bus-taxi, un despropósito todo a subsanar e impropio de Barcelona.