El año 1883, el escritor José María Pereda (Polanco, 1833 - Santander, 1906) publicó la novela Pedro Sánchez. Es una de las más importantes obras literarias del realismo y el costumbrismo españoles del Siglo XIX.

Pereda tiene una calle dedicada en Barcelona, cerca de la calle Santander, en el barrio de Verdún. Porque en 1892, el escritor intervino como mantenedor en los Juegos Florales de Catalunya celebrados en la ciudad.

En aquel acto, defendió el regionalismo y las singularidades catalanas. Durante más de un mes, diarios y revistas de Barcelona le dieron la bienvenida y le dedicaron imágenes gráficas y artículos altamente elogiosos.

Pereda retrató a su Pedro Sánchez como un aldeano de Cantabria que se marcha a vivir a Madrid. Y como un narcisista y un ser superficial que describe “de facciones pulidas y bien contorneado”. 

Continúa: En cuanto llega a la capital se rodea de malas amistades que viven de la hipocresía y el cinismo. Muchos son personajes manipuladores, oportunistas, egoístas y codiciosos.

Además: Se acercan a Pedro Sánchez para obtener beneficios. Ya que, en el fondo, es un “ingenuo-ambicioso, un bobo de capirote”, que se mueve por ambiciones personales y por ansias de ascenso social.

Por si fuese poco: se enamora de Clara, hija de Augusto Valenzuela. Clara es déspota, dominante, prepotente, superficial, y egocéntrica. Y traiciona al marido con su mejor amigo… 

Sigue: Desde que llega a Madrid, Pedro Sánchez siempre va buscando los espacios que necesita para conseguir sus objetivos.  Vanidoso y engreído, desea convertirse en un protagonista de la historia.

Añade: algunos de los cercanos a Pedro Sánchez son Augusto Valenzuela y su hijo Manolo Valenzuela, un vividor que frecuenta los prostíbulos y se dedica a turbios negocios para sus bolsillos.  

En Pedro Sánchez se habla de la corrupción que pudría la política nacional. También se narra el modo en el que uno de los gobiernos amordaza a la prensa, y de cómo se quejan los periodistas a consecuencia del atropello a la libertad.  

El crítico Leopoldo Alas, Clarín, (Zamora,1852-Oviedo, 1901), la consideró la mejor obra del escritor cántabro. Quien describe a Pedro Sánchez como “hijodalgo montañés, de escudo en fachada, vieja levita en el arca y pobres ahorros en la bolsa”. 

La recuperación de Pedro Sánchez y de textos aquí citados hay que agradecerlos al poeta y pintor Adolfo Alonso Ares (Astorga, 1956). En su estudio, no hace comparaciones con la actualidad. Simplemente, estudia y expone. Así lo dice todo. 

Una lectura actual de la entonces exitosa novela de Pereda descubre y describe una época convulsa de la sociedad española. Con momentos históricos muy complicados. Por lo que hoy parece una profecía decimonónica.

Ahora que recomienza la actividad política, con sus improperios, insultos y malas artes, la relectura de Pedro Sánchez enseña que no hay que recurrir a la mala educación para retratar a alguien.

Tampoco hay que faltar el respeto a las madres ni a las profesionales del sexo. Como lo hace la "canción del verano" que dice: “Pedro Sánchez, …”