De las 85 personas que pernoctaron en la Iglesia de Santa Ana durante la ola de frío del pasado mes de enero, unas 20 han encontrado alternativas para no dormir en la calle. Para ello han contado con la ayuda de Caritas y el Ajuntament de Barcelona.
La parroquia de Santa Ana abrió sus puertas a los sintecho para que pudieran resguardarse del frío durante las noches. Esta iniciativa estuvo vigente desde el 17 de enero hasta el 5 de febrero, periodo en el que bajaron las temperaturas considerablemente.
Según han declarado fuentes de Cáritas a Europa Press, ninguna persona que pidió una solución se quedó desatendida. De los 85 sintecho que pernoctaron alguna noche en la parroquia, alrededor de 60 acudieron a una entrevista obligatoria para seguir durmiendo en la iglesia, mientras que 22 optaron por buscarse por sus propios medios una alternativa y no volvieron más a Santa Ana.
El resto de sintecho fueron atendidos por los servicio sociales del Ajuntament de Barcelona o por Caritas, excepto ocho que fueron expulsados de la parroquia por diferentes motivos. A cuatro de las personas atendidas se les facilitó poder trasladarse a otro Estado, ya fuera o no su país de origen, según su voluntad.
Han concretado que, de la veintena de personas a las que se les ha proporcionado una alternativa habitacional, cerca de una decena han accedido a pisos compartidos, y otra decena está de forma provisional en pensiones, a la espera de una solución más estable.