La muerte inesperada de Carme Chacón ha dejado consternada a la familia socialista, que este lunes 10 de abril, después de meses de grandes tensiones, ha posado para una foto fija unida por el dolor y el respeto hacia una de las dirigentes más destacadas del PSOE.
"Todos los socialistas lloramos juntos", una frase de Patxi López que resume el sentimiento que se está viviendo en Ferraz, donde han coincidido los tres rivales a las primarias para dirigir el partido: Pedro Sánchez, Susana Sánchez y Patxi López.
Han llorado los socialistas, algunos desconsoladamente como la exministra de Exteriores Trinidad Jiménez, la presidenta andaluza, que ha tenido que recomponer el gesto antes de poder hablar, o la diputada del PSC Meritxell Batet, pero también se ha visto lágrimas en otras políticas del PP.
La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, apenas podía articular palabra y tampoco Ana Mato, mientras que a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se le entrecortaba la voz al recordar que fue una mujer que les abrió las puertas "a algunas" en ciertas cosas que normalizó con su ejemplo.
Teresa Cunillera, exvicepresidenta del Congreso y muy amiga de la dirigente catalana, se lamentaba de haber sido ella la que estaba en el entierro de Chacón, cuando era la exministra la que tenía que haber ido al suyo.
Por la capilla ardiente, que se cerrará a las ocho de la tarde ha pasado también el exJemad Julio José Rodríguez, ahora en Podemos, al que también se le empañaban los ojos recordando los momentos "tan duros" que vivieron juntos, cuando él estaba a sus órdenes.
Y han pasado decenas de afiliados y simpatizantes socialistas que guardaban cola desde media mañana. La primera, una señora mayor, militante desde hace solo unos meses, que, con una rosa en la mano, ha querido dar el último adiós a una "buena mujer", tan buena -ha subrayado- como Pedro Zerolo, a quien también despidió en el Ayuntamiento hace casi dos años.
En la calle, los ciudadanos que esperan para entrar a la sede del partido han ido viendo el trajín de idas y venidas de destacados dirigentes socialistas, del PP, de Ciudadanos, de Podemos y del PDeCAT, pero sólo se han arrancado a aplaudir cuando ha llegado Susana Díaz y se ha marchado Pedro Sánchez, los dos enemigos y máximos rivales en el otro duelo socialista. Y ha habido otro aplauso, mudo, cuando ha entrado el furgón con los restos mortales de Carme Chacón.
Dentro de la sede del PSOE, en el vestíbulo, una imagen de la exministra muy sonriente junto a la bandera socialista, y sobre la mesa, un ramo de rosas rojas y dos libros de condolencias con un mensaje: "No quiero que vacilen tu risa ni tus pasos, no quiero que se muera mi herencia de alegría, no llames a mi pecho, estoy ausente. Vive en mi ausencia como en una casa".
La misma imagen de Chacón acompaña a su féretro en la sala de actos, precedida de las enseñas del PSOE y del PSC y de tres grandes coronas de flores, una del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, otra de la Gestora y una tercera de los socialistas catalanes.
Sus padres y su única hermana, que han llegado de Barcelona, además de su exmarido Miguel Barroso, velan el cuerpo de la primera mujer que ocupó en España la cartera de Defensa.