El 5 de septiembre de 1972, un comando del grupo terrorista ‘Septiembre Negro’ (una facción de la OLP liderada entonces por Yasir Arafat) entró de madrugada en la Villa Olímpica de Múnich y tomó como rehenes a once miembros del equipo israelí. La ‘Operación Ikrit y Biram' acabó al día siguiente con la muerte de todos ellos, secuestrados y secuestradores, tras una fallida operación de rescate del ejército alemán en el aeropuerto de Fürstenfeldbruck, una base aérea de la OTAN.

“Aquel día perdimos la inocencia”, rememora Uri Ben-Ari, prestigioso asesor y conferenciante de Ciudades Inteligentes en todo el mundo y, muy especialmente, en territorio israelí. “Aquello fue un mazazo que nos obligó a cambiar la manera de percibir nuestra confianza. Aprendimos que debíamos defendernos nosotros mismos, que cuando viajásemos fuera había que estar en continua alerta y modificar los protocolos de seguridad”

Estamos bajo el gran frontispicio del mega-stand presentado por Israel en el Smart City Expo World Congress, que hoy jueves ha clausurado con éxito su séptima edición en las instalaciones de Gran Via de Fira Barcelona. Alrededor nuestro hay un ambiente distendido entre banderas del país, stands de nueve ciudades diferentes (Tel Aviv al frente), varias kipás (gorra circular que cubre la coronilla, usada por los hombres judíos en rituales o fiestas) y, también, hombres de negro que a duras penas pueden ocultar que vigilan. ¿El Mossad?

“Bueno, eso no se puede decir por razones obvias…”, sonríe irónico Ben-Ari. “Sólo puedo comentar que, desde aquel 1972, las medidas de seguridad de cualquier delegación israelí que sale al extranjero lleva un equipo de control particular para evitar cualquier contingencia”.

Última jornada en la Fira de Barcelona / MIGUEL ÁNGEL SANTOS



Tel Aviv, smart city / MIGUEL ÁNGEL SANTOS

Cuatrocientas y pico personas (el pico son los hombres de negro) procedentes de Israel no pueden pasar desapercibidas precisamente en cualquier lugar del mundo. Tampoco en Barcelona, sobre todo desde el atentado islamista del pasado 17 de agosto. Tampoco ayuda mucho la actual situación política derivada del secesionismo, cuya síntesis en las televisiones universales quedó resumida en los porrazos de la policía a los electores en el famoso referéndum de independencia del 1-0. Ben-Ari no se inmuta.

“Ocurrió en Barcelona, sí, pero antes había ocurrido en Niza, Londres, Berlín, París… A causa de la yihad islámica, desde hace tiempo no hay ciudad europea totalmente segura. Así que nunca nos planteamos renunciar a nuestra presencia en este SCEWC17”, asegura este fornido ex jugador de basket, que llegó a militar en el legendario Maccabi de Miki Berkovich a finales de los años 70. “¡Si decidiésemos no viajar a ciudades o países que han sido víctimas de atentados, nunca podríamos salir de Israel!”.

BARCELONA MON AMOUR

“Nuestro planteamiento no cambió ni antes ni después del atentado. Desde el primer momento teníamos claro varias cosas: somos israelís, aquí y en todas partes; queremos mostrar al mundo lo que hacen nuestras ciudades inteligentes; nos encanta Barcelona, como ciudad y por su gente; en el SCEWC es donde podemos exhibirnos, porque es el principal evento internacional sobre ciudades inteligentes. Por tanto, nada de renunciar al viaje”, resume Ben-Ari, managing partner en la Smart City Consulting Division del UBA Group. “Está claro que nos preocupó el atentado en las Ramblas, y también la actual situación política, pero es que los israelís estamos curados de espantos [permiso para emplear esta expresión, intraducible del inglés]”.

- Vale, pero ¿han incrementado sus medidas de seguridad estos días?

“No, la verdad es que no ha sido necesario… que yo sepa”, se reafirma en su ironía. “Puede usted observar que hay algunas personas que no pasan desapercibidas, desde luego. Es evidente que cuidan de la seguridad de todos los que estamos aquí, pero eso no es ninguna novedad en nuestro quehacer cotidiano cuando estamos fuera de Israel”.

“Insisto: lo importante para nosotros es tomar todo con naturalidad. Con la naturalidad de saber que somos el blanco predilecto de los terroristas islamistas, y de que en cualquier momento puedes ser objeto de un atentado. Pero, ya digo, todo israelí lo tiene claro desde el primer momento. Lo llevamos marcado como un chip en nuestro ADN”, remacha.

NIVEL 4

Las palabras de Uri Ben-Ari tienen su prolongación en el operativo de seguridad que anualmente monta Fira de Barcelona cuando organiza el SCEWC; también en otros eventos. Esta vez, tras lo ocurrido en agosto y con el tema político de por medio, las cosas se han hecho como siempre… al menos oficialmente.

“Una cosa es lo oficial y otro lo extraoficial. Ahí no llego”, comenta un responsable de Fira Barcelona. “Quiero decir que, que nosotros sepamos, no se ha activado un operativo digamos especial. Teniendo en cuenta que estamos desde hace tiempo en el Nivel 4 de seguridad en toda España, es difícil pensar que no estamos siendo bien vigilados por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. ¿Los israelís? Bien, siempre son un caso especial, en cualquier acontecimiento. Como Fira no se nos ha pedido una actuación especial con ellos. Sencillamente han estado integrados en el dispositivo general del SCEWC”.

Cada día, en las distintas entradas de los pabellones de exposición de Gran Via se ha podido observar la presencia de varias dotaciones armadas de Mossos/Policía Nacional. Nada espectacular más allá de lo especial del evento… y de la presencia de una amplia delegación israelí.

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