Lo de mayoría silenciada ya ha pasado a la historia. Los ciudadanos catalanes, sobre todo los barceloneses, que están en contra del procés independentista cada vez tienen menos miedo a expresar sus ideas en público y, encima, a hacerlo de forma notoria. La última acción en busca de esa visibilidad antes impensable ha sido la acampada que durante todo este fin de semana han mantenido en la céntrica plaza de Catalunya (hasta ahora un feudo inexpugnable de los indepes) un puñado de ciudadanos defensores de la idea de Tabarnia, una hipotética comunidad autonóma española formada por las provincias de Barcelona y Tarragona.
Las tiendas de campaña de los tabarneses se han plantado a muy pocos metros del menguado campamento indepe que pide la libertad de los políticos presos con los lazos amarillos como emblema. En lugar de lazos, los acampados han preferido lucir sus nuevas y llamativas banderas de Tabarnia, que cada vez son más numerosas. El campamento se ha montado gracias a la logística aportada por la entidad unionista Democracia Unidad Española (DUE) y a la ayuda generosa de voluntarios "y de muchos valientes", como ha reconocido la organización.
Aunque la convivencia de los dos grupos de ideologías tan dispares ha sido pacifica, y en general se han tolerado los unos a los otros, no han faltado los provocadores de ambos bandos que han intentado sacar de sus casillas al enemigo, pero sin conseguirlo. Así las proclamas secesionistas de toda la vida se han acallado con el archi-machacado himno del “Qué Viva España” de Manolo Escobar sonando a todo trapo. Y viceversa.
La manifestación ha sido en parte concebida como un acto para ir calentando motores de cara a la gran manifestación que los dirigentes de la plataforma Tabarnia y de Resistencia Catalana (con el presidente en el exilio, Albert Boadella, o el ministro de Deportes de Tabarnia, Tomás Guasch), han convocado para el próximo domingo 25 de febrero.
La marcha recorrerá las calles del centro de Barcelona, partiendo desde el monumento a Rafael de Casanova (reconvertido en héroe español), en la Ronda de Sant Pere, y la plaza de Sant Jaume. Pero la acampada ha sido más bien un símbolo, una demostración de fuerza para ganar notoriedad y recordarles a los independentistas que las calles son “de todos”, como ha comentado Daniel, uno de los organizadores.
UN PRESO POLÍTICO DE BALSARENY
Como en Tabarnia todo es un espejo de lo que ocurre en la no proclamada república catalana, los acampados tabarneses también han reclamado la liberación de su propio 'preso político'. Se trata de Raúl Macia Pastor, un joven de la localidad de Balsereny que está ingresado desde el pasado mes de agosto en la cárcel manresana de Els Lledoners despues de que fuera detenido presuntamente por izar la bandera española en el balcón del ayuntamiento de su localidad.
Pero más allá de las reivindicaciones políticas, la acampada tabarnesa ha sido sobre todo lúdica, con cantos, bailes e incluso con congas envueltas en banderas catalanas, tabarnesas y españolas. Y con muy buen humor. Aunque la concentración de personas en el sector de la plaza Catalunya más próximo a la Rambla nunca ha sido muy numerosa, el campamento se ha convertido durante todo el fin de semana en un continúo ir y venir de personas que se acercaban de forma anónima a llevarles comida y mantas a los acampados o simplemente a constatar su apoyo a la idea y los principios de Tabarnia.Entre las per sonas que se han acercado al campamento destacan el portavoz oficial de Tabarnia, Jaume Vives (que hace unos días concedió una entrevista en exclusiva a Metrópoli Abierta) , y otros dirigentes de entidades unionistas de varias localidades.