El Messi del pádel también es argentino y se llama Bela

Quizás el fútbol perdió a un posible Messi, pero al menos lo ganó el pádel.

Si tenemos que hablar de Fernando Belasteguín, háganse esta idea: es el Messi (o el Maradona, para los nostálgicos) del deporte de la pala. Lo que podría ser Juan Martín del Potro en el tenis de no ser por las lesiones… y por Rafael Nadal.

Así pudo haber sido, porque el número uno mundial del pádel desde hace casi veinte años consecutivos (17 en este 2018), jugaba al fútbol en su niñez. Fue en 1990, cuando en las instalaciones del Club Atlético Gral. San Martín, en la ciudad bonaerense de Pehuajó, construyeron pistas de pádel, que Fernando decidió combinar los dos deportes.

A los 13 años su innato talento con la pala salió a la luz... y se acabó un 'proyecto' de Messi. Apenas dos años después, con 15, debutó profesionalmente; a los 20 ya era el mejor en Argentina. A partir de ahí, toda una retahíla de éxitos internacionales que se prolonga hasta nuestros días, ya con Belasteguín afincado en Barcelona desde hace años, defendiendo los colores del Real Club de Polo.

“Llevo vividos 18 años en España y no me arrepiento para nada de haberlo decidido así. Primero estuve 7 años en Madrid, así que ya llevo 11 seguidos en Barcelona. Me siento un privilegiado, viviendo bien, con mi familia, en una maravillosa ciudad y ganándome la vida con lo que más sé hacer y más me gusta: el pádel", explica 'Bela', el apodo con el que se le conoce mundialmente en el circuito. "A lo largo de toda mi existencia, todas las decisiones que he tomado han sido siempre con medida. Si tuviera que volver a vivir mi vida, no cambiaría nada. Soy muy feliz así".

La historia de Bela es de las que dan para hacer una película. Quizás se la dediquen cuando se retire. Apuntemos unos cuantos datos: 

-Nº 1 del mundo más joven de la historia con 22 años de edad.

-Junto a Juan Martín Díaz, única pareja en la historia en pasar 1 año y 9 meses invicta (septiembre 2005 a mayo 2007), ganando 22 torneos consecutivos

-Bela-Díaz: única pareja de la historia en estar 13 años como № 1 del mundo y en ganar 170 torneos

-Jugador de la historia con más permanencia en el puesto Nº 1 del ranking mundial WPT.

Bela, en una de sus sensacionales jugadas dentro de la cancha  / WPT

En 2015 se produjo un terremoto en el pádel mundial. Se rompía la pareja imbatible y Bela se unía al brasileño Pablo de Lima. Como si nada: ese mismo año, juntos acabaron primeros del ranking tras dominar el circuito de principio a fin. En 2016, Bela llegaba a la cifra de 15 años consecutivos siendo nº 1 en el ranking World Padel Tour. Y así, hasta hoy.

“Si tuviese que reescribir mi vida, la de aquel muchacho de Pehuajó que con 15 años se hizo profesional, volvería a hacer lo mismo", asegura. "Jamás, ni en mis mejores sueños de adolescente, podría haber imaginado lo que he conseguido, a dónde he llegado y lo satisfecho de estar donde estoy y haciendo lo que hago".

EN EL DÍA DE HOY

Lo último en el World Padel Tour ha sido la victoria en Valencia de la dupla Bela-Lima. Podría parecer normal, si no fuese porque su condición de pareja ‘number one’ estaba siendo cuestionada más que nunca, en una temporada en la que compagina luces y sombras. Ponían su corona en juego, y fue entonces cuando sacaron su mejor versión.

Esa determinación es la que está indeleblemente marcada a fuego en Bela, que el próximo mayo cumplirá 40 años. Y, sin embargo, pese a pequeñas lesiones y fatigas, él sigue estando ahí, como siempre: número uno mundial, individual y en pareja. ¿Explicación?

“Mientras siga teniendo ganas de mejorar día a día, continuaré al pie del cañón", explica Bela. "Yo me siento bien con la edad que tengo. El día que no pueda más, lo dejaré. No quiero arrastrarme por las pistas. ¿Mayor con 39 años? En esto también importa tener corazón. Y yo por el pádel lo doy".

DR. JEKYLL Y MR. HYDE

Como un trasunto de la famosa novela de Robert Louis Stevenson, Bela parece tener dos caras. Dentro de la pista, una distante, de rostro impenetrable y dispuesto a liquidar a sus rivales. Fuera de la cancha, otra amable, cercana y amigable. Y como marido y padre de tres hijos pequeños, el más familiar y hogareño que uno pueda pensar.

 Bela inauguró las pistas que Ibrahimovic abrió en Suecia el pasado marzo / EFE

“Cuando estoy en la cancha quiero ganar como sea, pero no soy una máquina”, confiesa. “Lo que representan para mí Fede, Sofi y Bea... no hay día en que deje de luchar y mejorar pensando en ellos. Quiero ser un ejemplo a diario, aunque la de padre es una ‘profesión’ en la que nunca acabas de aprender”. 

Dentro de esa faceta de gran persona y solidario, Bela lanzó en el Sant Jordi de 2015 su autobiografía, titulada ‘Esta es mi historia’, con prólogo de su amigo Andrés Iniesta. La recaudación fue en beneficio de una fundación infantil (Ronald McDonald’s Barcelona); de una panadería bonaerense (‘El futuro de Pehuajó’) y de la escuela de pádel que lleva su nombre allí. “Nuestro objetivo es potenciar el desarrollo y la integración de los jóvenes a través del deporte”, explica. "Quiero devolver al pádel todo lo que me está dando, y qué mejor manera que a través de los chicos y del deporte".

Otra vertiente de su afabilidad es que no tiene un 'no' para nadie. El pasado mes de marzo se fue hasta Estocolmo para inaugurar el club de pádel de Zlatan Ibrahimovic, el gran futbolista.

"Al contrario, para mí poder ver de cerca a grandes futbolistas es un regalo que me ha concedido el pádel. Aquí en Barcelona tengo a los del Barça y del Espanyol, así que es un privilegio", asegura. "¿Que cómo llevo ser reconocido? La verdad es que no soy consciente de serlo. O sea, yo les veo a ellos como famosos, pero no me veo a mí en su piel".

Pues la cosa es fácil si uno vive el mundo del pádel. Porque decir 'Bela' es como decir Messi. Si no se lo creen, clicken aquí para ver algunas de sus mejores jugadas.