Oír tantas historias... da para un libro. Eso pensaron las psicólogas y sexólogas Heidi Beroud-Poyet y Laura Beltran después de ayudar en París –durante años, una y otra vez– a parejas que tienen dificultades en la intimidad. Los dolores, la falta de ganas, el miedo y el desconocimiento se han convertido en los ingredientes principales para este cóctel explosivo que lleva por nombre Las mujeres y su sexo.

El libro, publicado en español por Plataforma Actual, propone soluciones, disipa todo tipo de dudas y desdramatiza la insatisfacción sexual. Las mujeres y su sexo es, en resumidas cuentas, una guía para conocerse, pero también una declaración de intenciones: cada mujer tiene su potencial erótico y no debe avergonzarse. ¡Hay que liberarse!

¿Cuál es la duda que más se repite en vuestras consultas?

El motivo número uno de consulta es la falta de deseo. Es el primer problema, independientemente de la edad. Cada vez vemos más jóvenes veinteañeros que vienen a la consulta porque son muy amigos pero... no follan. Es un problema social, ahora no se desea, se tiene todo muy rápido. Si quieres unos zapatos, al día siguiente los tienes en casa. Lo de esperar, provocar y alimentar el deseo el algo que en la sociedad hacemos bastante mal.

Eso se ve reflejado en la sexualidad...

Sí, y muchas veces lo hacen por complacer. Les dicen a sus parejas que lo hagan rápido, así se acaba antes. Ahí te das cuenta de que las mujeres hemos integrado que hay que hacerlo aunque no nos apetezca y aunque duela. Las mujeres tenemos una concepción del dolor muy integrada: nos duele la regla, nos duele dar a luz. Así, que nos duela echar un polvo, parece “normal”. Pero si no te apetece tener relaciones no tienes que forzarte.

¿Y qué dicen los hombres en la consulta?

Los hombres normalmente dicen que no quieren hacer daño y que no quieren forzar. Los tíos quieren que la mujer tenga placer también, no quieren que ella ceda por él. No son unos brutos y acosadores. El problema es que ellas muchas veces no saben qué les gusta. A veces esperan a que sea él el que tenga la iniciativa. Hay muchos hombres que no saben cómo tienen que hacerlo. Y cuando no saben, prefieren no hacerlo por miedo. La cosa es que se ayuden. Ya sean heterosexuales o homosexuales, ¡los problemas están en todas las parejas! La idea es que ellas sean también activas, que sean curiosas, que exploren.

“Hay mujeres que nunca se han mirado la vulva”

Aunque la masturbación femenina es todavía un tabú.

Sí, se habla muy poco, entre ellas no se habla, les da vergüenza. Hay que descubrirse, no tener miedo del cuerpo. Muchas dicen “qué feo, qué asco, qué sucio”. Hay un estudio en el que se preguntaba a hombres y a mujeres qué les parecía su sexo. Ellos decían que les encantaba. Pero ellas tenían una visión negativa. Hay muchas mujeres que nunca se han mirado la vulva. No se miran el sexo ni tampoco lo nombran. Desde que son pequeñas no lo ponen en palabras, no se les autoriza a tocarse o mirarse, y eso construye una relación con su sexo como si fuera con un desconocido. La intención del libro es que puedan conectar con su sexo, que se puedan hacer amigas y aprendan cómo funciona. Hay que salir del silencio, de la vergüenza y de la censura. Reivindicamos que las mujeres puedan hablar de su sexo.

¿Qué trabajáis en la terapia?

Sobre todo el empoderamiento de su cuerpo y de su sexualidad. No se trata solo de luchar contra las violencias sexuales, sino también en la intimidad de la pareja. Las mujeres también pueden decir que tienen ganas. El trabajo de pareja pasa por ver qué puede funcionar. Hay que saber dar y recibir. Tener una relación sexual no es como hacer deberes. No es hacer más, sino hacer mejor. Darse tiempo para decir esto me gusta, esto no... la comunicación en la pareja se hace muy mal. La gente no habla de sexo. Solo se hacen bromas, pero en pareja no se habla. En las consultas descubren muchas cosas que no les gustan. Nosotras les damos todas las herramientas para avanzar, aunque a veces no están en el mismo momento vital y lo acaban dejando.

Las sexólogas Heidi Beroud-Poyet y Laura Beltran durante la entrevista con Metrópoli Abierta/ HUGO FERNÁNDEZ



¿Es mentira que “los hombres tienen más ganas de tener sexo que las mujeres”?

Claro, es un mito. Es completamente sexista. La idea está arraigada en una especie de explicación biológica y hormonal basándose en la testosterona. Pero la sexualidad humana no solo está limitada por las hormonas, sino también por la educación, la sociedad, la relación de pareja, la historia psicológica y personal. Si te fijas, en una mujer tener muchas ganas de sexo está penalizado, la llaman ninfómana, como si fuera patológico. Es un término que solo existe para las mujeres porque para los hombres está bien visto tener ganas. Durante mucho tiempo hemos estado con la idea de que una mujer que tiene muchas ganas, tiene un problema sexual. Hay que cambiar esas ideas que llevamos intrínsecas. Y primero tiene que haber una solidaridad femenina.

¿Cómo lo hace una pareja para recuperar la pasión?

(Ríen) A ver, para llegar a la sexualidad hay un camino. No se llega de repente. Tienes la ternura, la sensualidad, el erotismo y la sexualidad. Hay muchos placeres. Juegos, estímulos... La sexualidad, además, no es solo el sexo, hay un gran abanico. La pasión al principio sale sola, luego se convierte en otra cosa, y es ahí cuando hay que esforzarse y cultivar. Hay que provocar momentos de pareja, permitirse dormir desnudos, darse besos... ¡No sale solo, hay que buscar!

 "La sexualidad, además, no es solo el sexo, hay un gran abanico"

Hay algunos conceptos interesantísimos que incluís en el libro. Por ejemplo, la “vagina trampa”.

Sí, habla sobre el miedo que pueden tener algunos hombres a la vagina. Algunos niños preguntan qué hacer si te quedas enganchado en el miembro de la mujer. O tienen miedo a que sea dentada, como una planta carnívora. Existen muchos miedos. Incluso de las mujeres. Algunas tienen una representación de su vagina muy estrecha. Una paciente nos decía que no le cabía ni siquiera un pelo. Otras tienen la sensación de que perderán el tampón. Por eso queríamos explicarlo: no hay que tener miedo.

Las sexólogas de París presentan el libro 'Las mujeres y su sexo' / HUGO FERNÁNDEZ



Otro concepto es el de las “3 M”...

Es un concepto muy práctico para saber qué tienes que hacer en caso de tener dolores. La solución es ocuparse de la Mucosa, el Músculo y el aspecto Mental. Para que funcione, hay que ocuparse de las 3 M, de todas las partes. Todos los estudios dicen lo mismo: hay que hacer un trabajo pluridisciplinar.

Este bloqueo general impide llegar al orgasmo, ¿no?

Hay dos casos. Uno de parejas que no tienen coito, pero el resto de sexualidad funciona muy bien. Pero hay otras que es tan complicado que... no hay manera. Hay algunas que se han pasado hasta cinco años sin tener relaciones.

¿Cinco años?

¡Sí! ¡Y son parejas jóvenes! La mayor parte de la gente que vemos tiene entre 25 y 35 años. Pero si consultan significa que hay una voluntad en cambiar algo. ¡Es mejor que no se esperen hasta los 50 para venir! Hay muchos que no se han interesado nunca por la sexualidad, se imaginan algo maravilloso y luego se frustran. Hay que desacomplejar. Es interesante lanzar un mensaje positivo, en casa y en las aulas. ¡La sexualidad es algo bonito!