El independentismo se mueve para intentar controlar las cámaras de comercio y, en especial, la Cámara de Comercio de Barcelona con un objetivo fundamental: boicotear a las empresas del Ibex 35 y controlar el poder económico a través de las instituciones para luego forzar una ruptura con España. En esta estrategia, el control de la Cámara de Comercio de Barcelona es fundamental, no sólo por su valor simbólico, al ser la más grande de Cataluña, sino por su peso económico dentro del tejido industrial catalán y español. La primera embestida, con el asalto a Fira de Barcelona, fue un éxito, con la elección de Pau Relats, el candidato vinculado a la plataforma soberanista Femcat. Ahora se prepara el segundo asalto, esta vez a la histórica Cámara de Comercio, clave en la estrategia del independentismo.
En la guerra sucia por el control de esta institución se ha sumado esta semana el Cercle Català de Negocis (CCN), una pequeña estructura soberanista puesta al servicio del independentismo, que lleva trabajando desde su fundación en 2008 a favor de la ruptura con España.
El CCN trabaja, en estos momentos, en la elaboración de una única candidatura independentista para suceder a Miquel Valls al frente de la institución el próximo mes de mayo. “La finalidad de nuestra candidatura es retornar la representatividad de las Cámaras de Comercio a las pymes, comprometerlas con la situación política de nuestro país, reducir el carácter presidencialista y hacer de ellas las verdaderas catalizadoras de nuestro tejido empresarial”, reza un comunicado del CCN fechado el 13 de enero.
VENGANZA CONTRA EMPRESAS NO “INDEPES”
Como la venganza es un plato que se come frío, los independentistas esperan poder situar al candidato que pacten en la cúpula de la Cámara de Barcelona. A partir de ahí, echarán de la institución a las compañías que hayan cambiado su sede social fuera de Catalunya desde septiembre del año 2017, en represalia por no haber apoyado el referéndum. En su lugar, propondrán que se incorporen a los órganos de la Cámara “empresas extranjeras que han invertido en Catalunya a lo largo de los últimos años”. En otras palabras: las grandes corporaciones, las que más peso tienen en la economía catalana y barcelonesa y las que más valor añadido y empleo aportan al tejido empresarial catalán quedarían automáticamente fuera de la Cámara en beneficio de multinacionales que haya llegado a Catalunya (en algunos casos, beneficiadas con medidas políticas de reducción de impuestos e incluso con subvenciones directas).
Entre las empresas que mudaron su sede social se encuentran verdaderos gigantes de la economía, como Servihabitat, Caixabank, Abertis, Banco Sabadell, Arquia Banca, Banco Mediolanum, Grupo Planeta, Cellnex, Codorniu, Inmobiliaria Colonial, Applus, Edreams, Oryzon, Agbar, La Bruixa d’Or, Torraspapel, Grupo Indukern, MRW, GVC Gaesco Beka, Axa España, Grupo Zurich, Allianz, Catalana Occidente, Bimbo, Grupo Gallo, Cementos Molins, Dogi, Cervezas San Miguel, Hotusa, Panasonic España, Pirelli o Mitsubishi Electric.
Algunas de ellas, como Servihabitat, Sabadell, Agbar o Planeta, forman parte del pleno de la Cámara de Comercio de Barcelona. Y Jaume Guardiola, CEO del Sabadell, por ejemplo, es también el presidente de la comisión de Política Económica de la Cámara, por lo que sería uno de los afectados por las represalias.
BOICOTEAR A LAS EMPRESAS DEL IBEX 35
Pero no es sólo eso. Los independentistas se comprometen también a “promover que las Cámaras catalanas dejen de operar con empresas del Ibex 35”. Asimismo, las más denostadas son las que hayan trasladado sus sedes fuera de Catalunya “por motivos políticos”.
Esta declaración de intenciones que suena a represalia política es matizada por los responsables del CCN, que dicen respetar “la decisión de las empresas deslocalizadas, pero siendo consecuentes, consideramos que no habrían de poder tener ni representación ni voz ni voto en las Cámaras catalanas, sino en las de su nueva circunscripción”.
Lo malo, según esa regla de tres, es que las multinacionales que operan en Catalunya tampoco podrían estar representadas en la Cámara de Barcelona, al estar su sede principal fuera y operar en el tejido catalán con un menor peso de las empresas que se quieren desalojar. Ajenos a esta realidad, en el CCN se considera que “no podemos permitir que las grandes empresas con sede fuera de Catalunya continúen instrumentalizando nuestras instituciones, especialmente después de haberse deslocalizado, cediendo al chantaje y a las presiones políticas del Gobierno español”.
EL LLAMAMIENTO DEL CCN
Los separatistas afirman que la candidatura de su perfil ideológico no será unipersonal, sino que integrará un “equipo multidisciplinario de profesionales y empresarios independientes para cada una de las cámaras de Cataluña. Cada miembro de la candidatura se presenta para un epígrafe y parea una Cámara concreta, según la actividad de su empresa y la circunscripción electoral a la que pertenece”.
Por ello, el CCN ha hecho un llamamiento a todos sus asociados y a los profesionales independentistas para que apoyen las listas soberanistas antes de que se cierren las candidaturas a inicios del mes de febrero.