Perdí la visión del ojo derecho a los 20 años, cuando estaba empezando la carrera y en ese momento mi vida sufrió un shock, un golpe que fue duro de asimilar. Pero pronto entendí que tenía que vivir con ello y asumir que no iba a ver más con ese ojo. A partir de ahí intenté tomarme la vida con humor y dar lo mejor de mí mismo profesionalmente y como persona. Por eso, si yo digo de alguien que es “mi ojito derecho”, mal asunto…
Yo me siento diferente, pero creo que todas las personas son diferentes las unas de las otras, con lo cual no creo que mi discapacidad intervenga tanto. Ser ciego es simplemente un rasgo mío. Prefiero hablar de “personas diferentes”, sin más, que de “personas con capacidades diferentes”. Creo que la sociedad y las instituciones podrían hacer más por la inclusión, pero, sobre todo, deberían plantear la inserción para mejorar la propia sociedad.
«LA INCLUSIÓN DEBERÍA PLANTEARSE PARA MEJORAR LA SOCIEDAD»
Mi diferencia me ha podido condicionar a nivel de los prejuicios que a veces tiene la gente, pero también es verdad que he tenido que luchar muchísimo para lograr mis objetivos profesionales. De todas maneras, no creo que mi lucha sea superior a la de una persona que vea. Cada uno tiene sus límites y el mundo en el que vivimos es muy competitivo para todo el mundo, no solo para las personas con discapacidad. No somos héroes y hay que tratar de vivir la vida lo mejor que se pueda, pero lo que tengo claro es que los sueños hay que perseguirlos.
Creo que el trabajo es importante para todo el mundo, si no sientes que eres capaz de aportar algo a la sociedad no puedes ser feliz. Las iniciativas como el programa Incorpora de la Obra Social ”la Caixa”, que persigue la inserción laboral de personas vulnerables o en riesgo de exclusión, me parecen decisivas y deberían contar con más apoyo institucional. Al final, la integración laboral es lo que te permite eliminar las barreras que motivan la exclusión. A mí, la ONCE me ayudó a entender mi ceguera, y a aprender a vivir con ella. Así entendí que mi vida no acababa con la oscuridad y mis sueños tenían que seguir adelante.
«LA INTEGRACIÓN LABORAL PERMITE ELIMINAR LAS BARRERAS»
Siempre he pensado, respecto a las empresas, que la incorporación de las personas diferentes aporta un valor añadido porque con material humano diferente nos enfrentamos a nuevos límites y, al superarlos, siempre se obtienen resultados más innovadores. Una empresa valiente tiene que apostar por esta innovación y entender que las personas diferentes podemos aportar una visión del mundo distinta a los compañeros de trabajo, además de compañerismo y riqueza cultural.
Como actor, al ser ciego, intento potenciar la escucha de mi cuerpo y de mis otros sentidos, interactuar de otra manera, y creo que es algo positivo. Ser ciego no me ha condicionado como actor y, de hecho, de los personajes que he interpretado hasta ahora, ninguno era ciego.
«LAS PERSONAS DIFERENTES PODEMOS APORTAR UNA VISIÓN DEL MUNDO DISTINTA»
Mi carrera como actor no empezó hasta que acabé mis estudios de filología, aunque siempre había llevado una carrera actoral amateur. Me puse a escribir mi primera obra, Sala de espera, que funcionó bastante bien para ser una producción independiente. Esa obra marcó realmente mi inicio como profesional del teatro, porque a partir de ahí empecé a trabajar con el Centro Dramático Nacional. El gran empujón me vino cuando pasé a formar parte del elenco de Cáscaras vacías, una obra de Magda Labarga y Laila Ripoll que ha estado dos años con éxito en el Teatro María Guerrero y con la que todavía estamos de gira.
Durante Cáscaras vacías vinieron los responsables de casting de la película Campeones, se pusieron en contacto conmigo ¡y resultó que me eligieron! El rodaje fue maravilloso y la película ha sido importante para mí, no solamente porque me permitió dar el salto del teatro al cine sino, sobre todo, porque nos ha dado visibilidad. Campeones, especialmente para las personas con discapacidad intelectual, marca claramente un antes y un después. Decía un compañero mío, Alberto Nieto, que ahora nos miran con respeto, y lo cierto es que viendo Campeones muchas personas se han quitado muchos de sus prejuicios.
«MUCHAS PERSONAS SE HAN QUITADO PREJUICIOS»
En cualquier caso, espero que esto no sea una moda pasajera y que se siga contando con personas con discapacidad. El arte puede ayudar a las personas diferentes en dos vertientes: por un lado, la psicológica y terapéutica, porque permite abrir cauces a muchas destrezas, especialmente la comunicación y el trabajo en grupo. Y, por otro lado, para mí lo más importante es que las personas diferentes podemos aportar un valor añadido en el mundo del arte: encontrar nuevos límites y abrir nuevos caminos con resultados asombrosos que hacen que el arte sea mejor.
Los formalistas rusos llamaban extrañamiento a esa capacidad que tiene el arte de romper con lo cotidiano como una de sus principales características. Y eso lo tenemos, así que incorporar la diferencia en el arte es muy importante, no solo a nivel humano, sino también a nivel artístico. El paso definitivo vendrá el día en que los actores con discapacidad interpretemos a personajes sin discapacidad.