Las elecciones para elegir al nuevo rector de la Universitat de Barcelona (UB) se celebrarán por vía electrónica entre el 10 y el 11 de diciembre. Este martes empieza la campaña electoral para la primera vuelta, y Metrópoli Abierta ha entrevistado a uno de los tres candidatos: el catedrático de Derecho Procesal David Vallespín, que simboliza el cambio respecto a Joan Elias, el actual rector de la histórica institución barcelonesa.
¿Qué planes tiene para mejorar la UB?
Mi candidatura tendrá en consideración a las personas. Eso pasa por mejorar el relevo generacional del personal universitario, así como las problemáticas de los estudiantes. Más allá de eso, tenemos tres grandes misiones: docencia de calidad, investigación intensiva y potenciar la transferencia de conocimiento. Centraremos los objetivos al ámbito estrictamente universitario. Es decir, haremos política para la universidad, y no desde la universidad.
¿Significa eso que no se posicionará políticamente?
Creo que la Universitat de Barcelona no debe ser un actor político activo en este momento histórico concreto, porque eso solo tenía sentido cuando Cataluña carecía de estructuras de gobierno, o durante la dictadura. Si se vulneran los derechos y garantías fundamentales de la ciudadanía, la UB estará allí para defenderlos como ha estado siempre, pero mientras eso no ocurra practicaremos la lealtad institucional de todos los gobiernos, sean los que sean. Seremos críticos y reivindicativos cuando corresponda, pero creo que lo político debe decidirse en otras elecciones.
"La Universitat de Barcelona no debe ser un actor político activo"
¿Cómo valoraría la gestión del actual rector, Joan Elias, durante su mandato?
Diría que ha estado bastante inactivo y que hemos vivido una importante tristeza institucional. En estos cuatro años la UB no ha tenido ningún proyecto estratégico. Tenemos facultades que trabajan en temas de redes sociales, por ejemplo, y en cambio la institución no apuesta por la digitalización. Ya me dirás tu qué digitalización tenemos, si en un principio no íbamos ni a votar electrónicamente en pleno siglo XXI.
¿La UB es una institución anticuada?
Tiene la ventaja de que cuenta con la tradición y la historia, pero la UB debe modernizarse para convertirse en la universidad del siglo XXI. No podemos vivir con unas estructuras propias del siglo XX.
"No podemos vivir con unas estructuras propias del siglo XX"
¿Cómo debe ser la universidad del siglo XXI?
Pública, presencial —aunque abierta a la transformación digital—, catalana, con vocación internacional, comprometida con el desarrollo sostenible, donde haya igualdad efectiva, implicada con la ciudad de Barcelona y los proyectos estratégicos que puedan beneficiar a toda la ciudadanía, que muestre lealtad institucional pero sepa ser crítica cuando sea necesario, que apueste por la docencia, la investigación y la transferencia de conocimiento, y que defienda los intereses de los profesores y el alumnado. Si el alumnado defiende que no tiene sentido que las prácticas cuesten dinero a los alumnos, ¿por qué un rector no puede apoyar esta reclamación que es absolutamente justa? En ese sentido, nuestra candidatura institucionalizará las reuniones con el consejo del alumnado.
¿Cuál es la prioridad del mandato?
Una prioridad fundamental es solucionar el problema del relevo generacional del personal. La edad media del profesorado universitario en España es de 54 años. Además, esto se agrava porque en la próxima década la mayoría de profesores titulares y catedráticos saldrán del sistema universitario. Si no se hace el relevo generacional del Estatuto del Personal Docente e investigador, repercutirá en la calidad de la docencia.
¿Qué políticas concretas llevará a cabo?
Una de ellas será solucionar el problema del profesorado asociado. Lo primero que se ha de hacer es reconocer que hay un problema, y lo hay. El actual rector lo niega, diciendo que no tiene falsos asociados sino asociados en situación no correcta. Los malabares terminológicos están muy bien, pero esto hay que solucionarlo. Nuestra candidatura defenderá que es necesario tener un modelo propio de profesorado en las universidades. No puede ser que estemos sometidos a un modelo dictado por la administración que a la hora de la verdad no es efectivo. Y tenemos otro problema a nivel de profesorado, que es el sesgo de género. Aunque las cosas se van corrigiendo paulatinamente, todavía hay muchas situaciones por corregir.
¿Como cuáles?
El tercer plan de igualdad se aprobó en el último consejo de gobierno. ¿Problema? Que no es un plan laboral, sino institucional, porque no incorpora la regulación de la vida académica y laboral. Y si no se incorporó es porque había prisa, porque Elias quería dejar el cargo con la imagen de haber aprobado un tercer plan de igualdad. Y eso no es serio, la igualdad hay que creérsela. En las elecciones anteriores el único candidato que llevaba un vicerrectorado de igualdad era yo.
¿Cómo valora la gestión que ha hecho el rectorado de la Covid-19?
No había un manual de instrucciones, ni para Joan Elías ni para cualquier otro que hubiera sido rector. Pero aún así, se gestionó de una forma bastante inadecuada. No hubo directrices y cuando llegaron lo hicieron mal y tarde. Parecía que el rector estaba desaparecido, y cuando hay un problema complejo hay que liderar, no esconderse.
¿A medida que avanzó la pandemia se gestionó mejor?
Lo peor fue a la vuelta del verano, porque improvisaron igual en septiembre que en marzo. Las directrices llegaron cuando quedaban 15 días para empezar el curso, que además se retrasó dos semanas. Es evidente que no tienes una varita mágica para saber qué pasará, pero no puedes actuar de forma tan improvisada. Muchos alumnos le comunicaron al rector que necesitaban saber si debían reservar plaza en una residencia universitaria o cogerse un piso de alquiler. Y ahora la convocatoria electoral ha sido otro desbarajuste.
¿Por qué?
El 7 de octubre, cuando la pandemia ya estaba muy avanzada, el rector defendió que no podía habilitarse el voto electrónico porque la institución no estaba preparada para hacerlo. Sin embargo, por milagros de la ciencia, un mes más tarde dijo que las elecciones se harían de forma electrónica, y ahora lo estamos montando todo contra reloj. Cuando insistió en hacerlas de forma presencial ya se veía que era una cosa muy complicada, porque en las facultades ya no estaban ni todos los estudiantes ni todos los profesores. Por tanto, no se entiende, a no ser que quisiera una baja participación.
"Nos han cambiado las reglas a mitad de la partida"
¿Desconfía de las garantías del proceso electoral?
No. Yo no digo que se vaya a manipular las elecciones, porque tengo mucha confianza en los técnicos y técnicas de la casa, pero no me ha gustado cómo se ha gestionado toda la convocatoria electoral, porque nos han cambiado las reglas a mitad de la partida y se ha generado incertidumbre. Cualquiera podría dudar de que esto salga bien, y no lo digo yo, lo dice él, que en la propia resolución del consejo de gobierno ya anuncia que como no se ha hecho nunca, esperan que salga bien.
¿Si sale elegido, cómo gestionará el tema de la pandemia a partir de ahora?
Lo primero que haré es tener las reuniones que corresponda con todas las instituciones implicadas con la gestión de la pandemia a nivel político y sanitario. Y lo segundo será optar por directrices claras y concretas, porque el rector actual lo que ha hecho a lo largo de la pandemia es enviar cada tres semanas un e-mail de dos páginas que no entendía nadie.